EL CONTENDOR POR LA FE

Dedicatoria:



A la Revista Evangélica homónima que se publicó entre los años 1924 al1993. A sus Directores y Redactores a quienes no conocí personalmente, pero de quienes tomé las banderas, para tratar de seguir con humildad el camino de servir a Dios trazado en la revista durante casi 70 años.



jueves, 25 de noviembre de 2010

SEGÚN DAN CORNER: UN VERDADERO CREYENTE PUEDE PERDER SU SALVACIÓN

Párrafos de Dan Corner:
( 14) Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” Así que empezaron a hacer fiesta. (Lucas 15:24)


( 14 ) Réplica de El Contendor
Voy a dedicar una atención especial a la cita que hace Corner sobre Lucas 15:24.
En realidad debemos leer todo Lucas 15: 11-32 que es nada menos que la Parábola Del Hijo Pródigo. Un minucioso estudio sobre esta parábola ya se publicó en El Contendor el 19 de agosto de 2010 bajo el capítulo XVI. Considero muy oportuno volver a repetirla completa aquí, pero como una VERSIÓN COMPARADA entre la interpretación de Dan Corner versus la interpretación del Dr. Kenneth E. Bailey que fue publicada en el Cap. XVI por El Contendor.
No voy a emplear un desarrollo tan extenso tan solo para refutar la mala aplicación que hace Corner de Lucas 15:24 para demostrar que “la salvación para un verdadero creyente en Cristo se puede perder”. Dan Corner pretende utilizar toda la parábola del hijo pródigo para dar apoyo a su falacia.
Basta comparar párrafo por párrafo entre ambas interpretaciones para contemplar como los mentirosos argumentos de Corner se van desplomando uno a uno, y junto con ellos se cae su máscara de fariseo para dejar al descubierto el verdadero rostro de la herejía.
A continuación, desarrollamos el estudio citado:

PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO – Interpretación comparada
DAN CORNER Vs. “EL CONTENDOR” (Con apoyo en la bibliografía del Dr. KENNETH E. BAILEY)
En la entrada publicada como  capítulo XVI se transcribe la parábola del hijo pródigo con la interpretación del Dr. Kenneth E. Bailey. En esa oportunidad hicimos una breve presentación de este destacado conferencista que repetimos a continuación:
Kenneth E. Bailey es un conferencista sobre estudios del Nuevo Testamento y Medio Oriente, y profesor emérito de Nuevo Testamento en el Instituto Ecuménico Tantur, en Jerusalén y es el autor del estudio sobre esta parábola que utilizaremos para confrontar con la interpretación falaz de Dan Corner.
 Para poder presentar ordenadamente esta comparación entre las dos interpretaciones, transcribiremos textualmente algunos párrafos de Dan Corner, los cuales los estarán escritos sobre un fondo de página de color distinto para diferenciarlos de las argumentaciones de El Contendor las cuales se escribirán sobre un fondo color celeste, se transcribe la correspondiente interpretación de “El Contendor”, apoyada en los argumentos del Dr. Bailey.
(Párrafos de Dan Corner)
El Hijo Pródigo Versículo Por Versículo
Dan Corner
[Usted puede hacer copias de este artículo, pero respetando su contenido, sin modificaciones, adiciones u omisiones de ningún tipo, e incluyendo el nombre y la dirección del ministerio que se encuentran al final.]
A continuación le invitamos a leer un comentario sobre cada uno de los versículos de la popular enseñanza de Jesús sobre el Hijo Pródigo, ubicado en Lucas 15:11-32. Por favor léalo cuidadosamente, verifique todo con su propia Biblia y compártalo con sus amigos y familiares. Esta enseñanza podría hacer un cambio de dimensiones eternas en las vidas de ellos. Muchos conceptos falsos de nuestra época se esclarecen al conocer las enseñanzas de Jesús.
(Argumentación de El Contendor)
Dice K.E. Bailey: Lo que necesitamos saber sobre esta parábola del Medio Oriente que a menudo no se interpreta correctamente. Para lograr una correcta interpretación de la parábola del hijo pródigo, es necesario liberarla de una arraigada prisión cultural. La parábola ha perdido fuerza debido a que durante siglos, en Occidente, la hemos leído a la luz de nuestras propias presuposiciones culturales. Pasé gran parte de mi niñez en Egipto, y entre 1955 y 1995 vivimos con mi familia allí, en Líbano, Jerusalén y Chipre, por donde enseñé sobre el Nuevo Testamento en seminarios e institutos. Un día comencé a observar con seriedad la cultura tradicional de Medio Oriente, de la que Jesús formó parte, y entonces la «parábola del padre y sus dos hijos perdidos» empezó a revelarse ante mí de una manera novedosa y emocionante. Es a la luz de esta cultura —accesible gracias a antiguas fuentes judías y cristianas de Oriente— que yo pregunto: ¿Son la Encarnación y la Expiación parte de esta parábola tan significativa? La respuesta es sí, y trataré de explicar las razones.

La trilogía de Lucas
Esta parábola debe tomarse como la tercera parte de una trilogía que aparece en Lucas 15. Los fariseos desafían a Jesús: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos» (v. 2). El Talmud de Babilonia expresa claramente que los rabinos no comían junto con la ’am ha’arets (gente de la tierra) que no guardaba la ley al pie de la letra. Lucas registra: «Entonces él les refirió [a los fariseos] esta parábola [singular]» (v.3). Inmediatamente después aparecen las tres parábolas: la de la oveja perdida, la de la moneda perdida y la de los dos hijos perdidos (el hijo pródigo).Vemos entonces que Lucas entendió que estas tres parábolas juntas formaban parte de una sola parábola. Un pastor paga un precio para encontrar y restaurar una oveja perdida. Lo mismo hace la mujer por su moneda. En ambas historias queda claro que Jesús es el buen pastor y la mujer piadosa. Esta relación formula algunos interrogantes con respecto a la tercera historia: ¿es también Jesús el padre bueno? y ¿también se asemeja esta tercera historia a las dos primeras en el hecho de que el padre tenga que pagar un alto precio para encontrar y restaurar a su(s) hijo(s)? Con el fin de responder a estas interrogantes, que apuntan al amplio tema de la expiación y la encarnación, es necesario liberar 13 aspectos de la parábola, de la interpretación que tradicionalmente se les ha dado.
(Párrafos de Dan Corner)
Un hombre tenía dos hijos —continuó Jesús—. El menor de ellos le dijo a su padre: “Papá, dame lo que me toca de la herencia.” Así que el padre repartió sus bienes entre los dos. (Lc. 15:11-12) Aunque haya sido muy perjudicial para el Padre darle a su hijo menor la herencia para que él se extravíe, aun así lo hizo.
Dios respeta el libre albedrío que dio a los humanos y sus decisiones de hacer el mal o el bien. Dios no nos obligará a amarlo ni a que le seamos fieles. El pródigo estaba a punto de arruinar su vida y el Padre amoroso le permitió hacerlo. 
Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia. (Lc. 15:13 - NVI)  Pródigo significa derrochador. Es por este versículo que el hijo menor empezó a ser conocido como “el pródigo”. OBSERVE: el pródigo gastó todo el dinero de su herencia viviendo desenfrenadamente en el pecado. Encontró ese estilo de vida en un país lejano a la presencia santa de su Padre.
  (Argumentación de El Contendor)
Dice K.E. Bailey:
1. La petición

El hijo menor pide su parte de la herencia mientras su padre aún está con vida y goza de buena salud. De acuerdo con la cultura tradicional de Medio Oriente, este acto equivale a decir: «Padre, ¡estoy ansioso que te mueras!». Un típico padre de Medio Oriente le daría vuelta la cara a su hijo de una bofetada y lo echaría de la casa. La petición de este hijo resulta inconcebible, sobre todo para una cultura como la del Medio Oriente. Se supone que el padre debería negársela, si en verdad fuera un patriarca oriental. De hecho no lo es, y esta afirmación nos lleva al segundo punto.

2. La dádiva del padre.

El padre da al hijo pródigo la libertad de adueñarse y de vender la parte de los bienes que le corresponde. En cinco oportunidades a lo largo de la parábola, el padre no se comporta como un típico patriarca oriental, y aquí vemos el primer caso. La herencia es cuantiosa. Se trata de una familia rica. La sucesión de bienes es un asunto serio, del que sólo debería ocuparse el padre cuando se encuentra cercano a la muerte. Además, el hijo pródigo
«juntó todo lo que tenía» (NVI) o bien, como expresa la Versión Popular: «vendió su parte de la propiedad».
La ley judía del siglo primero permitía la división de bienes (una vez que el padre estaba dispuesto a llevar a cabo la tarea), pero no otorgaba a los hijos el derecho de vender sino hasta después de la muerte de su padre. El segundo caso en que el padre actúa distinto de lo acostumbrado lo vemos cuando le entrega la herencia al hijo y le otorga el derecho a vender, sabiendo que la comunidad consideraba este derecho una vergüenza para la familia. Por ello queda claro, desde las primeras líneas de la parábola, que Jesús no emplea la figura de un patriarca oriental como modelo para referirse a Dios. Por el contrario, al crear esta imagen de padre, rompe todo vínculo con el patriarcado de Medio Oriente. Ningún padre humano puede ser un modelo adecuado para reflejar a Dios. Como Jesús lo sabe, eleva la figura del padre más allá de las limitaciones humanas y la adapta al modelo de Dios.
3. La venta apresurada.

El hijo pródigo vende todo rápidamente («No muchos días después» v.13). Se ve obligado a hacerlo. La comunidad se enfurece con él porque ha avergonzado a su padre y a todo el resto de la familia al poner en venta una gran parte de la hacienda familiar mientras su padre aún goza de buena salud para administrarla. Tiene que concretar la venta y salir del pueblo lo más rápido posible. Como ya se dijo, la ley judía no permitía tal venta; pero al hijo pródigo lo tiene sin cuidado.
(Párrafos de Dan Corner)
Cuando ya lo había gastado todo, sobrevino una gran escasez en la región, y él comenzó a pasar necesidad. Así que fue y consiguió empleo con un ciudadano de aquel país, quien lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tanta hambre tenía que hubiera querido llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero aun así nadie le daba nada. (Lc. 15:14-16 - NVI)
 — Su dinero se había acabado y su estilo de vida estaba próximo a cambiar. Él llegó a caer tan bajo que deseaba llenar su estómago con comida para cerdos, pero no obtenía nada (este mundo puede llegar a ser realmente cruel). Antes de abandonar la presencia de su Padre él estaba deseando vivir desenfrenadamente, pero ahora deseaba llenar su estómago con comida para animales.

Argumentación de El Contendor
Dice K.E. Bailey:
4. La ceremonia qetsatsah.

De acuerdo con el contenido del Talmud de Jerusalén, los judíos del tiempo de Jesús aplicaban un método de castigo a todo muchacho judío que perdía la herencia familiar en manos de gentiles. Este método se denominaba «la ceremonia qetsatsah». Cualquiera que no cumpliera con las expectativas de la comunidad tenía que enfrentar la ceremonia qetsatsah si se atrevía a regresar a su pueblo natal. La ceremonia era sencilla: los habitantes del pueblo traían una gran vasija de barro, la llenaban con nueces quemadas y maíz cocido y la rompían frente al culpable. Mientras se llevaba a cabo esta ceremonia, la comunidad gritaba: «esta persona es apartada de su pueblo». A partir de ese momento, el pueblo ya no tendría ninguna relación con el joven descarriado. Los judíos del siglo primero evitaban cualquier contacto con aquél que transgrediera el código de honor del pueblo y, al parecer, todo acercamiento estaba completamente prohibido. A medida que se aleja del pueblo, el hijo pródigo sabe que no debe perder el dinero entre los gentiles. Sin embargo, lo hace.  
 5. Un vivir costoso.
 Al hijo pródigo se le acusa de «vivir perdidamente». Sin embargo, el adverbio griego que aparece en esta frase no implica inmoralidad. (Traducciones sirias y arábigas han preservado este sutil e ínfimo detalle durante 18 siglos). Jesús no da ningún indicio en cuanto a la manera en que el hijo pródigo gastó el dinero. Sólo se nos dice que lo malgastó. Al final de la historia, el hijo mayor acusa públicamente a su hermano de haber gastado el dinero en rameras. Pero, como recién llega del campo, no está al tanto de lo sucedido. Evidentemente quiere exagerar los fracasos de su hermano.

(Párrafos de Dan Corner)
Por fin recapacitó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de hambre!... (Lc. 15:17 - NVI)
Cuando se le abrieron los ojos (por así decirlo) de la ilusión en la que estaba metido, se dio cuenta de que los empleados de su Padre tenían comida (las personas en pecado están engañadas espiritualmente, o de lo contrario desearían estar en la presencia de Dios.) La miseria, el remordimiento y el dolor de vivir fuera de la voluntad de Dios pueden verse en la vida del Pródigo.

Argumentación de El Contendor
Dice K.E. Bailey:
El lector judío del siglo primero sabe que el hijo pródigo debe recuperar la suma de dinero gastado para poder evitarse la ceremonia qetsatsah. Después de fallar en el primer intento, decide lanzar los dados por segunda y última vez: irá a su casa, se preparará para un trabajo y ganará su dinero. Para que lo acepten en este trabajo, necesitará el respaldo de su padre. Pero ¿cómo convencerá a su padre de que confíe en él una vez más?
7. El plan de auto beneficio.

El malentendido tradicional que ha causado el mayor daño teológico en esta parábola quizá se encuentre en la percepción popular
de la frase «volvió en sí» (v.17), que durante mucho tiempo se ha interpretado como   «se arrepintió». Esta lectura quita fuerza al texto y destruye su unidad teológica. El buen pastor debe atravesar el desierto para encontrar su oveja. No regresa a la aldea a esperar que la oveja vuelva a casa por su propia cuenta y se lamente a la puerta del redil. La mujer piadosa enciende una lámpara y busca con diligencia hasta encontrar la moneda perdida. No vuelve a sus quehaceres y espera que salte de una grieta del piso y aterrice sobre la mesa de la cocina. En las dos primeras historias, tanto la oveja como la moneda deben ser recuperadas. No obstante, si el hijo pródigo logra volver a casa por sus propios medios, entonces la tercera historia enseña que los seres humanos no se ven impedidos por el pecado original o por una voluntad corrompida y que pueden tomar medidas para ser salvos por sí mismos, sin ayuda de la gracia divina.

En la primera historia, la oveja perdida es un símbolo de arrepentimiento, el cual se entiende como «la aceptación de , ser hallada». La segunda historia confirma esta definición.
Pero si el hijo pródigo en verdad se arrepiente en el país lejano y él solo se abre paso hasta llegar a su hogar, entonces Jesús se contradice a sí mismo. Si se sigue la interpretación tradicional, la tercera historia se opone a las dos primeras. Bien Jesús está confundido en su teología, o bien el arrepentimiento es un concepto elástico, que queda abierto a la interpretación. En mi opinión, ambas opciones son inadmisibles. ¿Existe entonces alguna alternativa?

Al relatar la parábola del Buen Pastor, Jesús evoca el Salmo 23, donde también hay una oveja perdida y un buen pastor. La frase clave aparece en el versículo 3, que tradicionalmente se ha traducido: «El restaura mi alma». El significado de esta afirmación se ha transformado en: estaba desalentado y el Señor me devolvió el ánimo. Sin duda esta interpretación forma parte de la intención del salmista; pero en hebreo significa literalmente: «me trajo de regreso» o «hizo que me arrepintiera». Evidentemente, el salmista está perdido y Dios, el buen pastor, lo trae de vuelta a las sendas de justicia.

Cuando se lee la parábola del hijo pródigo desde esta óptica, surge un nuevo significado: El hijo pródigo solucionará su propio problema: volvió en sí. No aparece ningún verbo para «regresar». La extensa y rica historia de las versiones arábigas contiene gran cantidad de traducciones interesantes de esta frase clave: «Se volvió inteligente», «Se interesó por sí mismo», «Se dijo a sí mismo», son sólo algunas.
(Párrafos de Dan Corner)
Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros.” (Lc. 15:18-19 - NVI)
Ahora que se dio cuenta de la situación en la que estaba, después de haber caído bien bajo, él estaba dispuesto a apartarse del pecado, admitir que había pecado, y servir obedientemente al Padre. Eso es un ejemplo de arrepentimiento. aunque tal palabra no esté explícita en este versículo.

Argumentación de El Contendor
Dice K. E. Bailey:
Ninguno de estos traductores vio al hijo pródigo arrepentido en el país lejano.
Entonces... ¿cómo se explica su «confesión»? La confesión preparada reza: «He pecado contra el cielo y ante ti» (v.18), palabras que naturalmente suelen indicar un arrepentimiento genuino. Sin embargo, el público presente ante Jesús está compuesto por fariseos que conocen bien la Escritura. Estos se dan cuenta de que la confesión es una cita de las palabras del Faraón a Moisés cuando trata de manipularlo para que quite las plagas. Pasada la novena plaga, el Faraón finalmente acepta encontrarse con Moisés y, cuando Moisés aparece, el Faraón le da este mismo discurso. Nadie ignora que el Faraón no está arrepentido, sino que solamente trata de doblegar la voluntad de Moisés.
Bien se entiende que el hijo pródigo intenta hacer lo mismo. A la espera de ablandar el corazón de su padre, proyecta ofrecer su propia solución al problema del alejamiento con su padre: aprender el oficio. Trabajará como un artesano pago y así podrá ahorrar dinero. Por el momento no vivirá en su hogar, sino que una vez reunido el dinero gastado, se podrá hablar de reconciliación. Ya que no pudo conseguir un trabajo rentable en el país lejano, tratará de obtener el respaldo de su padre para conseguir un empleo remunerativo cerca de su casa
. Por lo pronto se salvará por medio de la ley. No hace falta ninguna gracia. Él puede arreglárselas. O al menos eso cree. Pero de todos modos, ¿es el dinero gastado el verdadero problema?

(Párrafos de Dan Corner) 
Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. (Lc. 15:20)
Esta es una verdad realmente sorprendente sobre Dios y su intenso deseo y predisposición al recibir nuevamente en su casa a alguien que fue un rebelde. Es por causa de su compasión por lo que hace esto. Observe también que antes de que el pródigo pueda ni siquiera decir que pecó y que quería ser como uno de los jornaleros, el Padre lo recibió nuevamente. El pródigo estaba en pecado intencional durante muchos años quizás, pero el Padre estaba contento de volver a tenerlo, aunque estaba cambiado en comparación de cuando había salido. Además, esta es la única vez en la que al Padre se le muestra corriendo.

Argumentación de El Contendor:
Dice K.E. Bailey:
En el soliloquio que pronuncia mientras aún se encuentra en el país lejano, el hijo pródigo abre su mente y su espíritu al oyente/lector. Quiere comer y dice: ¡Me muero de hambre! Cree que sólo con recuperar el dinero, todo lo demás se solucionará con el tiempo la comunidad volverá a aceptarlo. No tiene en cuenta que su padre quedó con el corazón herido por la agonía que tuvo que soportar al ver su amor despreciado.
*5)
 No hay ninguna señal de vergüenza o remordimiento mientras se habla a sí mismo en el país lejano. Si su posición fuera la de un siervo frente a su amo, el plan sería de alguna manera adecuado. Si se trata de un hijo ante un padre amoroso y compasivo, su planeada solución resulta inapropiada.
El momento del regreso.

El hijo pródigo se arma de coraje para soportar su humillante entrada al pueblo. Recuerda la ceremonia qetsatsah y cobra ánimo para sobrellevar su vergüenza.. Su única esperanza es que «la humildad» de su discurso toque el corazón de su padre y ganarse así su respaldo para ser instruido en todo lo suficiente y poder convertirse en un asalariado
 Se supone que el hijo pródigo regresará con opulentos presentes para la familia. El hijo pródigo no sólo vuelve con las manos vacías, sino que vuelve en falta luego de haber agraviado a su familia y a la comunidad al irse.
Sufre este doloroso camino de regreso por una única razón: «¡Me muero de hambre!».

Pero, ¿qué hay del padre? Sabe que su hijo fracasará. Día tras día espera con los ojos fijos en la poblada calle del pueblo, que en la distancia da al camino por el que desapareció su hijo con arrogancia y grandes esperanzas. Sabe perfectamente bien cómo la comunidad recibirá a su hijo , cuando regrese fracasado. En consecuencia, el padre también prepara un plan: ir al encuentro de su hijo antes de que éste llegue al pueblo. El padre sabe que si logra reconciliarse con su hijo en público, ningún miembro de la comunidad se atreverá a insinuar que se debe proceder con la ceremonia qetsatsah.
*6)
Cuando el padre lo ve, él «todavía estaba lejos» (v.20). Por tercera vez el padre rompe el molde del patriarcado de Medio Oriente. Se levanta el borde de su larga túnica y corre a recibir a su hijo, el cuidador de cerdos. Se le echa al cuello y lo besa antes de escuchar el discurso preparado. El padre no demuestra amor en respuesta a la confesión de su hijo, sino que de su propia compasión se descarga a sí mismo, toma forma de siervo y corre a reconciliarse con su alejado hijo. En Medio Oriente, un habitante tradicional que usa vestiduras largas no corre en público. Tal acto se considera sumamente humillante. Este padre corre. El muchacho queda totalmente sorprendido.
Abrumado, sólo puede pronunciar la primera parte de su preparado discurso, el cual adquiere ahora un nuevo significado.
(Párrafos de Dan Corner)
El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo.”
Pero el padre ordenó a sus siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” Así que empezaron a hacer fiesta. (Lc. 15:21-24 - NVI)
 Después de que el pródigo le habló humildemente al Padre, el Padre no le contestó, sino que le habló a sus siervos. Él deseaba que ellos le traigan rápidamente la mejor ropa, un anillo y sandalias para el hijo que se apartó de su insensatez espiritual.

Argumentación de El Contendor
Dice K.E. Bailey:
*6)
El muchacho declara que ha pecado y que no es digno de ser llamado hijo. Admite (al omitir la tercera frase) que carece de una idea brillante para restablecer la relación con su padre. Ya no está «trabajando» a su padre para sacarle más provecho. El padre no «interrumpe» a su hijo menor, sino que el hijo pródigo cambia de opinión y en un instante de arrepentimiento genuino, acepta ser hallado.

9. Cristología.

Cuando el padre se compadece y corre en busca de su hijo para reconciliarse, se convierte en un símbolo de Dios en Cristo. Los fariseos murmuran: «Este recibe a los pecadores y come con ellos». Jesús les contesta con esta historia, la cual de hecho afirma: «Efectivamente, yo como con pecadores. Pero es mucho peor de lo que ustedes imaginan. No sólo como con ellos, sino que corro por el camino, los colmo de besos y los traigo de regreso para poder comer con ellos». Es evidente que Jesús está hablando de sí mismo. Al final de la historia, el padre hace lo mismo que Jesús.


(Párrafos de Dan Corner)
El Padre también quería celebrar con él un banquete y matar al ternero más gordo.
¿Por qué? Porque el Pródigo ya no estaba muerto y perdido, sino que volvió a estar vivo en espíritu. Hay un sentimiento de gran felicidad cuando un alma se salva.
Nuevamente, el pecado, a través de la vida desenfrenada que él tenía, habia llevado al Pródigo a una condición de muerte y perdición espiritual, lo cual demuestra claramente que el pecado puede ser precisamente comparado con un veneno mortal. Finalmente, aun considerando que el Pródigo estaba muerto espiritualmente, él todavía tenía la oportunidad de actuar sabiamente y arrepentirse, lo que antecedió el hecho de que él vuelva a la vida otra vez lo cual demuestra claramente que el pecado puede ser precisamente comparado con un veneno mortal. Finalmente, aun considerando que el Pródigo estaba muerto espiritualmente, el todavía tenía la oportunidad de actuar sabiamente y arrepentirse, lo que antecedió el hecho de que él vuelva a la vida otra vez

Argumentación de El Contendor
Dice K.E. Bailey:
10. El significado del banquete.

El
banquete tiene tres interpretaciones en esta parábola. La primera la brinda el padre; la segunda, el muchachito que andaba por el patio de la casa; y la tercera, el hijo mayor. Las dos primeras armonizan entre sí; la tercera difiere en gran medida con las dos primeras. Los lectores contemporáneos suelen recordar solamente la tercera interpretación. Sin embargo, es necesario examinar las tres.

Una vez asegurada la reconciliación, el padre ordena un banquete. Dice
: «Comamos y regocijémonos, [y ahora viene la causa] porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado». (v.v. 23, 24). Entonces ¿quién lo encontró? Fue el padre. ¿Dónde lo encontró? A la entrada del pueblo. Así que, según la percepción del padre, el hijo pródigo todavía estaba muerto y perdido a la entrada del pueblo. Así como el pastor se vio obligado a salir y pagar un alto precio para encontrar su oveja, y la mujer piadosa buscó con diligencia hasta encontrar su moneda, así también el padre se compadeció y salió, en una valiosa muestra de amor inesperado, a encontrar y a resucitar a su hijo . El banquete celebra el triunfo del encuentro y de la resurrección.

(Párrafos de Dan Corner)
Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música del baile.
Entonces llamó a uno de los siervos y le preguntó qué pasaba. “Ha llegado tu hermano —le respondió—, y tu papá ha matado el ternero más gordo porque ha recobrado a su hijo sano y salvo.”
Indignado, el hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre salió a suplicarle que lo hiciera. (Lc. 15:25-28)

Argumentación de El Contendor
Dice K.E. Bailey:
Concentrémonos ahora en la interpretación que ofrece el muchachito. El hijo mayor llega del campo y, al escuchar la música, llama a un pais. Esta palabra griega puede tener tres significados. El primero es "hijo"; el segundo, «siervo». El tercer significado es «muchachito». Las versiones sirias y arábigas de Medio Oriente siempre han optado por esta tercera opción. El hijo mayor pregunta (al muchachito) qué ocurre y el joven le responde (como yo lo traduciría):
«Tu hermano ha regresado, y tu padre ha matado el becerro engordado porque (y aquí viene la segunda interpretación) ha (el padre) recibido a su hijo con paz (shalom)».
El punto está en que el banquete se lleva a cabo para celebrar el triunfo del padre en su esfuerzo por lograr la reconciliación, y la comunidad ha venido a participar en esta celebración. En lugar de una ceremonia qetsatsah de rechazo comparte con el padre la alegría de haber logrado una restauración a un alto costo.
 Por lo tanto, el muchachito confirma la interpretación del padre: para ambos, el banquete es una celebración por el costoso triunfo del padre en reconciliarse con su hijo. Las palabras del muchachito, «Lo recibió» (y tiene pensado comer con él), recuerdan al oyente la queja de los fariseos: «Este hombre [Jesús] recibe a los pecadores y come con ellos». En esta parábola el padre hace lo mismo.
(Párrafos de Dan Corner)
El enojo del hermano mayor hasta el punto de no celebrar en contra de la voluntad del Padre, demuestra cómo la gente puede injustamente enojarse por la misericordia mostrada a quienes se arrepienten. La razón por la que estaban celebrando, era que el hijo menor ya no estaba muerto y perdido espiritualmente, sino que estaba espiritualmente vivo de nuevo.
El hermano mayor debería haberse conmovido como el Padre y regocijarse porque el alma de su hermano había sido salva nuevamente.
Pero él le contestó: “¡Fíjate cuántos años te he servido sin desobedecer jamás tus órdenes, y ni un cabrito me has dado para celebrar una fiesta con mis amigos! ¡Pero ahora llega ese hijo tuyo, que ha despilfarrado tu fortuna con prostitutas, y tú mandas matar en su honor el ternero más gordo!”
 Argumentación de El Contendor
Dice K.E. Bailey:
Aún nos queda por examinar la interpretación del hijo mayor, la cual encontramos después de que el padre trata de reconciliar a este hijo consigo.
El hijo mayor expresa: «Mataste el becerro engordado para él».
 Este reclamo refleja todo lo contrario de lo que el muchachito le ha dicho hace unos momentos al hijo mayor. También se contrapone al propósito que tiene el banquete de acuerdo con la declaración del propio padre. Si el oyente se da cuenta de que el hijo mayor contradice las dos interpretaciones previas acerca del banquete, necesariamente debe hacer una elección.
¿El banquete se celebra en honor al hijo pródigo en honor al padre? ¿Es una celebración porque el hijo pródigo logró con esfuerzo (y por sus propios medios) llegar a casa, o se celebra en cambio que el padre lograra con un valioso esfuerzo crear shalom?
(Párrafos de Dan Corner)
>“Hijo mío —le dijo su padre—, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” (Lc. 15:29-32 - NVI) 
El hermano mayor clamó a viva voz sus razones por estar enojado, es decir, que nunca había tenido ni siquiera una pequeña fiesta siendo que él había sido obediente al Padre, al contrario del hijo menor. Los celos y la ira van de la mano y son evidentes aquí.

Argumentación de El Contendor
A continuación se podrá entender, (y sugerimos al lector que lo analice detenidamente) la verdadera interpretación que se le debe dar a esta parábola:

Dice K.E. Bailey:
Los invitados, ¿felicitarán al padre o al hijo?

Según observé en estos 40 años, el lector moderno de esta parábola, por lo general, ni siquiera percibe estos contrastes y, por ende, no se da cuenta de que hay que hacer una elección. El banquete es un anticipo de la Santa Cena. Con certeza sabemos que Jesús es el héroe de ese banquete sagrado y que el centro de atención no son los pecadores. La manera en que el hijo mayor se considera a sí mismo justo y bueno se transforma en la lente por la que observa el mundo que lo rodea. Todo lo que puede entender es que su hermano menor gastó el dinero y que se reconcilió con su padre sin antes devolver el total de la suma. Como conclusión, en lugar de que el pecador cumpliera con los requisitos y las demandas de la ley, se ha ofrecido gracia y esa gracia fue aceptada. La interpretación del hijo mayor refleja la visión de muchos hoy como ayer. Por el contrario, la concepción que el padre tiene del banquete (sustentada por el discurso del muchachito) refleja la mente de Jesús. Para muchos, la gracia no sólo es sorprendente, sino que también es increíble. ¿Cómo es posible que sea cierto? Después de todo, uno siempre cosecha lo que siembra, ¿verdad?

(Párrafos de Dan Corner)
. Nuevamente, el Padre dice por qué era adecuado celebrar el caso del Pródigo—él ya no estaba espiritualmente muerto y perdido, sino que estaba espiritualmente vivo nuevamente. El hecho de que el Pródigo haya vuelto a la vida espiritualmente, demuestra que anteriormente estuvo espiritualmente vivo, antes de apartarse de la presencia del Padre para estar con prostitutas. Por lo tanto, fue por medio del pecado que el murió y se perdió espiritualmente, lo cual fue revertido a través de un arrepentimiento sincero.
La tentación lo sedujo a que se aparte del Padre. El diablo nunca podría arrebatarlo de la mano del Padre, sino que meramente lo tentó a una vida salvaje (probablemente debido al tal llamado aburrimiento de ser obediente al Padre. La vida cristiana no es aburrida, pero las personas engañadas algunas veces piensan que sí lo es.) El Pródigo no venció exitosamente esas tentaciones pecaminosas, pero podría haberlo hecho (Santiago 4:7). Consecuentemente, se convirtió en una víctima más en esta intensa guerra espiritual  que es violenta para las almas eternas.
Esta enseñanza del Señor también prueba que hay dos tipos de personas perdidas espiritualmente: (1) Aquellas que nunca fueron salvas en primer lugar y (2) quienes una vez fueron salvas pero luego murieron espiritualmente y se perdieron (otra vez) a través del poder destructivo del pecado, como el que el Pródigo experimentó. Ciertos pecados traen la muerte espiritual a la vida de un verdadero creyente.

Vea nuestro artículo que trata directamente sobre este tema, ubicado en el siguiente vínculo. http://www.alcanceevangelistico.org/pecado.htm

Esta enseñanza también prueba que los que se apartan pueden volver a ser salvos nuevamente, lo cual es consistente con Santiago 5:19,20 y Romanos 11:19-23.
El pródigo era salvo antes de empezar a tener un estilo de vida pecaminoso. Algunos dirían que si uno se aparta de Dios de ese modo, es porque para empezar, nunca fue salvo, pero Jesús refutó ese punto del Calvinismo con esta enseñanza. Podriamos también decir certeramente que el pródigo se sumergió en una vida salvaje y no solamente cayó en ellos como algunos erroneamente enseñan, que una persona salva puede hacer eso. La atracción y placer del pecado (por un corto tiempo, Heb. 11:25) se muestran junto con la devastación que el pecado les deja a aquellos así engañados. El pródigo hizo de su vida un completo desastre, pero fue lo suficientemente sabio como para volver a Dios en tal condición arruinada.
 Muchas veces uno tiene que llegar hasta los extremos antes de que ocurra un retorno a Dios. El pródigo ciertamente estaba contento de haber vuelto a Dios y estaba contento de regresar a casa una vez que había sido recibido por el Padre. 

Los predicadores de la seguridad eterna algunas veces declaran
que el Pródigo siguió siendo hijo durante toda la etapa de vida salvaje con prostitutas.
Al hacer eso, fallan en tener en cuenta el asunto de la enseñanza de Jesús que empieza desde Lucas 15, que demuestra que hay diferentes clases de personas perdidas. También, al enseñar de esta manera tales predicadores están indirectamente diciendo que hay cristianos que pecan con prostitutas—una dolorosa proclamación que puede ser llamada una herejía maldita y una licencia para la inmoralidad. Numerosas veces en las Escrituras se puede ver que es imposible ser sexualmente inmoral y cristiano simultáneamente (1Co. 6:9-10; Ef. 5:5-7; Gá. 5:19-21; Ap. 22:15; etc.). Finalmente, el Padre no llama hijo al pródigo cuando estaba en maldad impenitente. Es muy claramente antibíblico decir que alguien está muerto y perdido espiritualmente y es un hijo de Dios al mismo tiempo

Argumentación de El Contendor
NOTA de El Contendor: Lo que Dan Corner destaca en negrita al principio del párrafo es una muestra más de su contumacia por torcer el verdadero significado de una enseñanza para llevarla a que diga lo que él quiere decir. Volveré a transcribir aquí la interpretación que le da K.E. Bailey, que resulta evidentemente la más acertada: Al hijo pródigo se le acusa de «vivir perdidamente». Sin embargo, el adverbio griego que aparece en esta frase no implica inmoralidad. (Traducciones sirias y arábigas han preservado este sutil e ínfimo detalle durante 18 siglos). Jesús no da ningún indicio en cuanto a la manera en que el hijo pródigo gastó el dinero. Sólo se nos dice que lo malgastó. Al final de la historia, el hijo mayor acusa públicamente a su hermano de haber gastado el dinero en rameras. Pero, como recién llega del campo, no está al tanto de lo sucedido. Evidentemente quiere exagerar los fracasos de su hermano.
El lector podrá apreciar que tal como se destaca en esté párrafo, toda la interpretación que Dan Corner hace de esta parábola está plagada de errores que se hacen evidentes al comparar con el estudio concienzudo y  sistemático del Dr. Bailey.
Corner muestra una alarmante (porque es peligrosa para el lector desprevenido) superficialidad en la interpretación de las Sagradas Escrituras; se ve a las claras que en vez de estar guiado por el Espíritu Santo, lo está guiando su propia conciencia farisaica que, al parecer, tiene mucho que reprocharle. Ve prostitutas donde no las hay, le endilga al pródigo una condición de vida salvaje y desenfrenada, una vida sumida en la inmoralidad sexual, cuando en la parábola solo dice que vivió perdidamente (con exceso, con abandono, inútilmente, sin provecho) y así malgastó su dinero. Según la visión de Dan Corner, parecería que el pródigo andaba de orgía en orgía pero eso no es lo que se entiende al leer la parábola. Hay muchas formas de malgastar el dinero: si Ud. Va a una tienda y se compra toda clase de ropas costosas, y como no le alcanza con uno, se compra 3 o 4 automóviles, y después pasa por un casino y se juega el dinero que aún le queda: ¿acaso no habrá malgastado su dinero?, ¿ No habrá vivido perdidamente, con exceso, inconsiderablemente y sin provecho?.
¡¡ Yo no me explico el por qué, para el Sr. Corner el dinero se malgasta sólo con prostitutas o viviendo en la inmoralidad sexual !!.
Además, vale aclarar que ningún predicador “cristiano” que permita que en sus enseñanzas, implícita o explícitamente se proclame una licencia para la inmoralidad sexual o cualquier otro tipo de inmoralidad, no es ni predicador ni cristiano sino que es un esbirro de Satanás, tan esbirro de Satanás como el que tuerce y manipula las sagradas escrituras para hacerles decir lo que él quiere.
En síntesis, Sr. Corner, no quiera involucrar mentirosamente a los seguidores de la UVSSS con los “predicadores de la licencia para la inmoralidad sexual” porque la UVSSS nada tiene que ver con tal enseñanza hereje, lo que Ud dice al respecto, corre por cuenta suya y ningún argumento respalda sus falaces dichos.
Volviendo al párrafo de Dan Corner destacado en negritas : “El hecho de que el Pródigo haya vuelto a la vida espiritualmente, demuestra que anteriormente estuvo espiritualmente vivo, antes de apartarse de la presencia del Padre para estar con prostitutas.”
En ningún lugar de la parábola se afirma que el hijo menor (el pródigo) haya estado espiritualmente vivo antes de apartarse de su casa. Podemos decir más, aunque por las comparaciones que implícitamente hace el hijo mayor con su hermano, cuando dice a su padre:  tantos años te sirvo,  no habiéndote desobedecido jamás,  y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos,” puede deducirse que, aún antes de que el hijo menor se alejara de la casa, su vida no era para nada ejemplar, así que sería una audacia afirmar,  como lo hace Corner, que el hijo menor anteriormente estuvo espiritualmente vivo, que a los efectos demostrar que la salvación se puede perder (según Corner) equivale a decir que el hijo menor anteriormente era salvo. La contraparte de esta afirmación es la de suponer que el hijo pródigo nunca fue un buen hijo, eso lo demuestra claramente el Dr. Bailey cuando dice: “El hijo menor pide su parte de la herencia mientras su padre aún está con vida y goza de buena salud. De acuerdo con la cultura tradicional de Medio Oriente, este acto equivale a decir: «Padre, ¡estoy ansioso que te mueras!». Un típico padre de Medio Oriente le daría vuelta la cara a su hijo de una bofetada y lo echaría de la casa. La petición de este hijo resulta inconcebible, sobre todo para una cultura como la del Medio Oriente.
¿Puede imaginar el lector que un hijo que actúa de esta manera con su padre y con su familia es una persona SALVA? . Mi opinión es que el (futuro) hijo pródigo era NO SALVO, antes de su partida al país lejano para derrochar su dinero pero, a pesar de ser un mal hijo, su padre lo amaba, Por eso que cuando el pródigo regresa su padre exclama: Lucas 15:24  Porque este hijo mío estaba muerto,  pero ahora ha vuelto a la vida;  se había perdido,  pero ya lo hemos encontrado.'
Por lo analizado más arriba,  podemos concluir que:
a).- al hijo menor, por su vana manera de vivir  (evidenciada por sus actitudes, por sus  obras) el padre ya, (antes de que su hijo menor se hiciera pródigo) , lo consideraba muerto, perdido como hijo (no era una persona salva).
b).-Como lo explica  más arriba el Dr. Bailey  “según la percepción del padre, el hijo pródigo todavía estaba muerto y perdido a la entrada del pueblo.”
La reconciliación llega al ir el padre, movido por su misericordia, al encuentro del hijo y abrazándolo lo besa. El hijo pródigo, profundamente conmovido por la actitud de su padre, le expresa allí, y en ese momento su genuino arrepentimiento diciendo a  medias la frase que había preparado: Padre,  he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Y nótese que digo “a medias” porque el padre lo interrumpe dándolo ya por perdonado y se dirige a sus siervos para que preparen el festejo.
Entiendo que con esta explicación refutamos la enseñanza del Sr.
Dan Corner al pretender utilizar esta parábola para demostrar que
una persona SALVA puede perder su salvación.
Una táctica del Sr. Corner que se muestra (y es bien evidente) en su prédica, es la de mezclar, entreteje
 la verdad con la mentira, táctica tan vieja como los principios de la humanidad. En Génesis 3: 1-7 el
lector podrá comprobar que lo que dice la serpiente astuta, es en parte verdad y en parte mentira.
Otra táctica de esta misma persona es la de “poner todos los gatos en la misma bolsa”. A todos los
que no piensan como él los califica como HEREJES da lo mismo que sean católicos, bautistas,
 pentecostales, testigos de Jehová, mormones, Adventistas, etc. etc. Yo no voy a negar que entre
algunas de las denominaciones citadas, se cultivan gravísimas herejías, y el mismo Corner debería
incluirse entre ellos.
Pero lo que quiero dejar bien en claro es que los que escribimos “El Contendor por la Fe” defendemos
LA SANA DOCTRINA, no somos ni calvinistas, ni hipercalvinistas ni arminianos. Más aún:
consideramos que la doctrina de la predestinación tal como la enseña Juan Calvino es una abierta
 herejía. Basta con leer la interpretación que le da (de Romanos 8: 28-30, Efesios 1: 4-5 y
Efesios 1: 11) el Dr. TOMMY  ASHCRAFT, la cual se puede encontrar en la página www.sanadoctrina.com . Pensamos que sería muy edificante para la vida espiritual del Sr. Dan Corner, acceder a este sitio de
internet y leer dicho comentario sobre la doctrina de la predestinación y que además, del mismo sitio,
lea también otros dos temas “La santificación” y “La regeneración” y quizás con estas lecturas Dios lo
ilumine y pueda abandonar sus herejías.

Párrafos de Dan Corner
El pródigo tenía la mejor vida posible en la presencia del Padre pero fue engañado y se apartó. Probablemente ocurrió lentamente a medida que él peligrosamente entretenía pensamientos tentadores del diablo sobre lo que (él pensó) sería una excitante nueva vida en la que podría ser feliz y tener muchos amigos y diversión. Allí podía festejar largamente, comer, beber y divertirse como lo hacen las multitudes. Querido lector, recuerde esto: Nadie puede pecar sin sufrir las consecuencias. El pródigo no iba a ser la excepción.
Argumentación de El Contendor:
Por lo visto hasta aquí, el Sr. Corner tiene más dones como novelista que como predicador. Estamos de acuerdo en que probablemente el pródigo tendría una muy buena vida mientras estuvo en casa de su familia, pero todo lo que agregó el Sr Corner luego de tal afirmación, es producto de su fantasía y de su imaginación. No se puede afirmar que el hijo menor fue engañado, ni que fue arrastrado por su lascivia, ni tampoco explica la parábola, ni lo da a entender que él era un hijo modelo y que el diablo lentamente indujo en su mente un “apetito desordenado de placeres deshonestos” (concupiscencia). ¿Por qué será que al Sr. Corner le place introducirse en esos laberintos de la mente humana donde parece que, para él, los únicos pecados que existen son los que tienen ese tipo de connotaciones??? (Le dejo al lector el ensayar una respuesta). ¿Por qué no podemos admitir que este joven (el pródigo), a pesar de vivir con su padre y disfrutar de los privilegios que eran inherentes al pertenecer a una familia rica, nunca respetó ni honró a sus padres, (ver “La Petición”) es decir , no se llevaba bien con el 4º Mandamiento de la Ley. Y esto seguramente, por la falta de amor a sus padres lo llevó a pedir la herencia y salir a la aventura en un país lejano?. ¿No es lógico pensar así, en lugar de fantasear como lo hace Corner?. La diferencia de conductas de ambos hijos se puede deducir de la frase que casi al final pronuncia el padre (Nótese el verbo en tiempo presente): Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Estas palabras dirigidas al hijo mayor muestran la contracara del hijo pródigo, pero tampoco autoriza a suponer que el hijo mayor era “SALVO” porque como ya se ha demostrado más arriba la finalidad de la parábola está orientada a poner en evidencia la misericordia del padre para con sus hijos. No se trata aquí de determinar si tal o cual hijo era salvo o no. En consecuencia no es válido decir que el hijo menor, al principio de la historia era salvo, luego tentado por el diablo cayó en pecado, y por último, al arrepentirse y reconciliarse con su padre fue nuevamente salvo. Esta interpretación es una gran falacia del Sr. Corner.
Lo único rescatable de este párrafo de Corner, es la frase que dice: “Nadie puede pecar sin sufrir las consecuencias.”
Párrafos de Dan Corner
Lo que pasó con el pródigo es exactamente lo mismo sobre lo que Pablo advirtió a los cristianos de Roma que les podría pasar si ellos empezaban a vivir de acuerdo a su naturaleza pecaminosa, es decir, morirían espiritualmente. Vea Romanos 8:13. No existe seguridad eterna o perseverancia de los santos en la Biblia. De hecho, tal doctrina es lo contrario a la verdad de Dios. Vea también Gá. 5:19-21; 6:8-9; 1Co. 15:2; etc. Un cristiano debería sentir repulsión ante la mera noción o mención de la seguridad eterna. Tal enseñanza nunca debería ser enseñada o incluso tolerada. Hacerlo es desobedecer Ap. 2:20.
Argumentación de El Contendor:

Como ya lo explicamos, y demostramos con abundancia de pruebas, y hasta el cansancio, en las
argumentaciones anteriores, esta parábola del hijo pródigo NO ES ÚTIL PARA DEMOSTRAR QUE
UN CRISTIANO SALVO SELLADO POR EL ESPÍRITU SANTO PUEDE PERDER TAL CONDICIÓN.
Pretender utilizarla para tal fin lleva a una burda falacia.
Tal como lo explica al principio el Dr. Bailey, estas tres parábolas quieren expresar el amor de Dios
por los que están perdidos. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
En estas tres parábolas: la de la oveja perdida, la de la moneda perdida y la del hijo pródigo, Lucas
entendió que juntas formaban parte de una sola parábola.
Un pastor paga un precio para encontrar y restaurar una oveja perdida. Lo mismo hace la mujer por
su moneda . En ambas historias queda claro que Jesús es el buen pastor en la primera historia, y toma
el lugar de la mujer piadosa en la segunda.
Esta relación formula algunos interrogantes con respecto a la tercera historia: ¿es también Jesús el
padre bueno? y ¿también se asemeja esta tercera historia a las dos primeras en el hecho de que el
padre tenga que pagar un alto precio para encontrar y restaurar a su hijo?
Pues sí, efectivamente, Jesús es el que está representado en las tres parábolas. Ningún padre humano
puede ser un modelo adecuado para reflejar a Dios.
Como Jesús lo sabe, eleva la figura del padre más allá de las limitaciones humanas y la adapta al modelo
de Dios.

Párrafos de Dan Corner

·        Reiterando, Dios recibió en casa al pródigo luego de que él se apartó de su iniquidad para servirle humildemente. Eso revirtió su condición perdida. La restauración fue inmediata. Dios se deleita en mostrar misericordia (Mi. 7:18), pero con respecto a la salvación, debe ir acompañada al arrepentimiento de los pecados, apartarse de ellos, y tener la voluntar de servir los mandatos del Padre—todo lo que vemos en el ejemplo del pródigo. Vea también 1 Ts. 1:9b.

Argumentación de El Contendor

¡Qué ensalada Sr Corner! , ¡qué manera de mezclar las cosas! . El hecho de que Jesús eleva la figura del padre más allá de las limitaciones humanas y la adapta al modelo de Dios, no lo habilita para escribir que “Dios recibió en su casa al pródigo”. Fue su padre terrenal el que recibió en su casa al hijo pródigo, si bien esta figura literaria se puede asemejar a la actitud misericordiosa de Dios al recibir al pecador arrepentido. Por lo demás, Todo el resto del párrafo no quita ni agrega nada al tema central con que Corner pretende demostrar la pérdida de la salvación.

Párrafo de Dan Corner:
El pródigo no tuvo que confesar sus pecados a un cura ni rezar tres padres nuestros y tres Aves Marías (o cosa parecida) para que sus pecados fuesen perdonados. Él obtuvo la misericordia y el perdón directo de Dios sin primero dirigirse a ninguna otra persona, incluyendo una figura femenina como María, El Padre está lleno de misericordia y compasión para el que se arrepiente, como en el caso del pródigo. Representar al Padre como iracundo en tales circunstancias es una distorsión horrible y peligrosa de la verdad vital relacionada a la salvación misma.

Argumentación de El Contendor:

Comencemos con lo que está destacado en negrita. En ningún lugar de lo escrito en esta parábola encontramos párrafo alguno donde se presente al padre como IRACUNDO. No entiendo con que fin se hace esta observación en negrita.
En lo que respecta a la frase “confesar sus pecados a un cura ni rezar............etc etc., no tiene relevancia porque los creyentes evangélicos, no recurrimos a estas prácticas. Pero luego, Corner vuelve a mezclar los roles. El padre (terrenal) recibe y perdona a su hijo que se había apartado del hogar, antes de que su hijo pronunciara la frase reconociendo sus faltas, lo abraza y lo besa. El padre no demuestra amor en respuesta a la confesión de su hijo, sino que de su propia compasión se descarga a sí mismo, toma forma de siervo y corre a reconciliarse con su alejado hijo.
Nuevamente vemos que no se trata aquí demostrar si el hijo era salvo o no salvo que si perdió la salvación y volvió a recuperarla. Ya demostramos sobradamente que esa no es la finalidad de esta enseñanza de Jesús, sino que en la enseñanza de Jesús se pone bien en evidencia la misericordia y la gracia de Dios que se manifiesta en su plan de redención para rescatar al pecador al precio de la sangre de su divino Hijo, Jesucristo.
Toda la “tinta” gastada por Dan Corner en vanas palabrerías para utilizar la parábola del hijo pródigo para demostrar que un verdadero creyente, bajo el poder guardador de su Padre Celestial, puede perder su salvación, es toda palabrería vana e inútil.


Párrafo de Dan Corner:

El pródigo es una de entre cerca de media docena de parábolas en las que Jesús enseñó sobre la salvación, y al hacerlo, refuta al Calvinismo.


Argumentación de El Contendor:

Con respecto a este párrafo de Dan Corner, no vemos la necesidad de aplicar la parábola del hijo pródigo para refutar al Calvinismo ya que éste, por sus gruesos errores de apologética, se refuta a sí mismo.
Por el contrario, dada la pésima interpretación que Dan Corner le da a esta parábola (demostrada paso a paso en todo el desarrollo de este “debate”), pensamos que dicha interpretación, por errónea y falaz, no sirve para refutar ni apoyar nada.
Para concluir esta interpretación comparada de la parábola del hijo pródigo, incluiremos nuevamente el párrafo de cierre con le broche de oro de Henri Nouwen:
«Este es el retrato de Dios, cuya bondad, amor, perdón, cuidado, gozo y compasión no tienen límites en absoluto. Jesús presenta la generosidad de Dios, valiéndose de todo el simbolismo que su cultura le brinda, y al mismo tiempo transformándolo constantemente» (El regreso del hijo pródigo).Si el hijo mayor acepta el amor que ahora se le ofrece a él, se verá obligado a aceptar al hijo pródigo con el mismo amor con el que el padre recibió al cuidador de cerdos. Será necesario que el hijo mayor sea hecho «conforme a la imagen» de ese padre compasivo que sale al encuentro de ambas clases de pecadores como un siervo sufrido que ofrece un amor inmerecido y de gran valor.
NOTA de El Contendor: ¿Entendió Sr. Dan Corner???


Aquí damos fin a la interpretación comparada de la parábola del hijo pródigo. El lector, con la ayuda y con la guía del Espíritu de Dios, llegará a sacar sus propias conclusiones.


En las próximas publicaciones continuaremos refutando la doctrina herética del Sr. Dan Corner que enseña que un verdadero creyente sellado por el Espíritu Santo puede perder su salvación y la vida eterna.
Aquí damos fin a la interpretación comparada de la parábola del hijo pródigo. El lector, con la ayuda y conla guía del Espíritu de Dios, llegará a sacar sus propias conclusiones.
En las próximas publicaciones continuaremos refutando la doctrina herética del Sr. Dan Corner que enseña que un verdadero creyente sellado por el Espíritu Santo puede perder su salvación y la vida eterna.