EL CONTENDOR POR LA FE

Dedicatoria:



A la Revista Evangélica homónima que se publicó entre los años 1924 al1993. A sus Directores y Redactores a quienes no conocí personalmente, pero de quienes tomé las banderas, para tratar de seguir con humildad el camino de servir a Dios trazado en la revista durante casi 70 años.



martes, 19 de junio de 2012

¿SE DEBE SEÑALAR A LOS FALSOS MAESTROS y APÓSTATAS MENCIONANDO SUS NOMBRES?


Por El Contendor

Cuando comencé a escribir esta página de internet, “El Contendor por la Fe”, en defensa de la Sana Doctrina y en cumplimiento de la exhortación que se nos hace en Judas 1:3 , y con el firme propósito de servir a Dios, con lo mejor de los dones que de Él recibimos, me propuse, en un principio, combatir contra las falsas doctrinas confrontándolas con las únicas verdades que son irrefutables, las que encontramos en La Biblia, la Palabra de Dios.
Toda religión, secta, credo, etc. cuyas doctrinas o enseñanzas no armonicen en un 100 por ciento con las enseñanzas bíblicas, no proviene de Dios y por consiguiente provienen de su adversario Satanás o diablo.
Las falsas doctrinas anidadas en religiones cristianas y no cristianas, apartan a sus “creyentes” del único camino de salvación: Jesucristo, y son el mejor vehículo de que dispone Satanás para transportar a las almas que van dejando este mundo, hacia sus prisiones de oscuridad y castigo eterno.
 Budismo, hinduismo, islamismo, nueva era, y sus derivados, son creencias cuyos “maestros” han sido “instruidos” directamente por Satanás y sus servidores y ya tienen su perdición asegurada. Quizás algunos pocos, si recibieron el Evangelio, se puedan volver a Cristo y puedan ser salvos. Pero nadie puede esperar una conversión en masa en estas religiones.
Pero dentro de los que se autodenominan “cristianos”, las sectas como los Testigos de Jehovah, Los adventistas, los mormones, y aún los católicos, tienen enseñanzas y cultos fácilmente detectables como herejías.
Pero el mayor peligro para los cristianos evangélicos en estos días, aparece encubierto y disimulado detrás de los disfraces de ciertos  “maestros”, “apóstoles”, y  “profetas” sobre los cuales nos dice Pedro: 2Pe 2:1  Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo,  como habrá entre vosotros falsos maestros,  que introducirán encubiertamente herejías destructoras,  y aun negarán al Señor que los rescató,  atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
2Pe 2:2  Y muchos seguirán sus disoluciones,  por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado. 2Pe 2:3  y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas.  Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda,  y su perdición no se duerme.
Estos  falsos son los más peligrosos ya que sus enseñanzas son apetecidas por muchos “cristianos” nominales pues se acomodan a sus intereses carnales; y lo peor de esto, es que fueron convencidos por sus “maestros” de que son salvos, cuando es evidente que no lo son, pues están siguiendo un evangelio diferente.
 Los falsos maestros fanatizan a sus seguidores a tal punto que ellos son los primeros en salir en su defensa cuando se denuncia a tal o cual iglesia por su falsa enseñanza, en seguida aplican sus recitados argumentos: “¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová,  y será inocente?”  o también  “No juzguéis, para que no seáis juzgados” etc. que mal aplicados o fuera de su contexto, los esgrimen como defensa de sus “maestros”.
Pero denunciar a las falsas doctrinas señalando sus errores y herejías es como combatir a las hormigas sin atacar el hormiguero. En otras palabras: las falsas doctrinas se originan en las falsas enseñanzas de los falsos maestros. En consecuencia, la conclusión a la que llegué es que para combatir contra las falsas doctrinas, debemos denunciar a los falsos maestros, sean “apóstoles”, “profetas” o como quieran autodenominarse.
Es bíblico denunciar a los apóstatas y falsos maestros como podemos comprobar con la Biblia; veamos algunos ejemplos:

-2 Timoteo 1:15: Figelo y Hermógenes (traidores) Nada más se sabe acerca de Figelo y Hermógenes, los que evidentemente se opusieron al ministerio de Pablo. Estos hombres son una advertencia de que aun los líderes pueden caer. A Onesíforo se le menciona como un ejemplo positivo, en contraste con aquellos otros.

-2 Timoteo 2:16-18
El apóstol Pablo dice con respecto a los falsos maestros:   “Mas evita profanas y vanas palabrerías,  porque conducirán más y más a la impiedad.  Y su palabra carcomerá como gangrena;  de los cuales son Himeneo y Fileto,  que se desviaron de la verdad,  diciendo que la resurrección ya se efectuó,  y trastornan la fe de algunos.”
2Ti 2:19  Pero el fundamento de Dios está firme,  teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos;  y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.

-2 Timoteo 3:8:  Janes y Jambres (se opusieron a Moisés; resistieron a Dios) Según la tradición, Janes y Jambres fueron dos de los magos que imitaron los milagros de Moisés ante Faraón (Exo_7:11-12). Pablo explica que así como Moisés los enfrentó y los derrotó (Exo_8:18-19), Dios derrotaría a los falsos maestros que plagaban la iglesia de Efeso.

-2 Timoteo 4:10: Demas.(apóstata) Se le menciona tres veces en las cartas de Pablo, y bien puede ser que puntúen una tragedia. (i) En Filemón 1:24  se le incluye entre un grupo de hombres que Pablo llama sus colaboradores. (ii) En Col_4:14  se le menciona sin comentario. (iii) Aquí había abandonado a Pablo porque amaba este mundo presente. Primero, Demas el colaborador; luego, simplemente Demas, y finalmente, Demas el desertor que amaba este mundo. Aquí tenemos la historia de una degradación espiritual. Poco a poco, el colaborador llegó a ser el desertor, y el título de honor se convirtió en un nombre de vergüenza.
¿Qué le sucedió a Demas? No podemos decirlo de seguro, pero podemos suponerlo.
(i) Puede ser que empezara a seguir a Cristo sin calcular el precio; y puede ser que no fuera del todo culpa suya. Hay una clase de evangelismo que anuncia: "¡Acepta a Cristo y tendrás paz y descanso y gozo!» En cierto sentido, el más profundo de todos, eso es auténtica y benditamente cierto; pero también es verdad que cuando aceptamos a Cristo empezamos a tener problemas. Hasta ese momento hemos vivido de acuerdo con el mundo y sus principios. La vida nos era fácil, porque seguíamos la línea de menor resistencia e íbamos con la mayoría. Pero, una vez que uno acepta a Cristo, acepta una serie de principios totalmente nuevos, y se compromete a una clase de vida totalmente nueva en el trabajo, en sus relaciones personales, en sus placeres... y tiene que haber colisiones. Puede que Demas se sintiera atraído a la Iglesia en un momento de emoción, sin tener tiempo para pensar las cosas a fondo; y cuando la impopularidad, la persecución, el sacrificio, la soledad y la cárcel se le presentaron, se salió porque no era eso lo que él esperaba. Cuando uno se compromete a seguir a Cristo, lo esencial es que sepa lo que está haciendo.

-2 Timoteo 4:14  Alejandro el calderero: Bien puede ser que Alejandro fuera un cristiano renegado que acudiera a los magistrados aportando información, falsa o verdadera, que se podía usar contra Pablo, en su deseo de desacreditarle y destrozarle de la manera más deshonrosa posible.
En 3 Juan 9, Juan menciona a  Diótrefes.(mal ministro de su iglesia) Lo único que sabemos de Diótrefes es que quiso controlar la iglesia. Juan denuncia (1) su renuencia a prestar atención a otros predicadores del evangelio, (2) la calumnia que hace de éstos, (3) su mal ejemplo al negarse a dar acogida a cualquier predicador del evangelio, y (4) su intento de excomulgar a quienes se oponían a su liderazgo. Pecados tales como el orgullo, el celo y la calumnia todavía están presentes en la iglesia, y cuando un predicador tiene la costumbre de estimular el pecado y desalentar la conducta espiritual, se le debe detener.
Jesús reprendió a los falsos maestros en Mateo 23.

En la Biblia vemos cómo los falsos maestros y ministros, los apóstatas y los traidores son señalados con sus propios nombres; en consecuencia, a los seguidores de estos “personajes” les decimos que en estos casos no está bien aplicado el “no juzgar”, por el contrario debemos “juzgar con justo juicio” según Mateo 7:24.
Tampoco está bien aplicado en defensa de estos falsos maestros el “no tocar a los ungidos”, pues los creyentes cristianos tenemos un único Ungido que es el Cristo, nuestro Señor.
Por otra parte, todo cristiano nacido de nuevo es un ungido (con minúscula) pues todos hemos recibido un mismo Espíritu, el Espíritu Santo.
1Jn 2:20  Pero vosotros tenéis la unción del Santo,  y conocéis todas las cosas.
1Jn 2:27  Pero la unción que vosotros recibisteis de Él permanece en vosotros,  y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe;  así como la unción misma os enseña todas las cosas,  y es verdadera,  y no es mentira,  según ella os ha enseñado,  permaneced en Él.
La unción que recibimos los creyentes, la recibimos del E. S. el día que creemos en Jesucristo, es decir el día que nacemos de nuevo (con todo lo que esta frase implica).
Pero nosotros somos siervos del Señor, ungidos por Él que es nuestro Rey, el único cuyo Nombre está por encima de cualquier otro nombre.
Todos los demás cristianos tenemos el mismo grado de unción; los hermanos que se congregan en una iglesia, no tienen menor unción que su pastor o que su maestro, por esto mismo, aquéllos  que se autodenominan ungidos, o aceptan o permiten que se les llame ungidos como si tuvieran un título de preeminencia, en verdad están poniendo en evidencia su falsedad como ministros del Señor. Aquél que se llame (a sí mismo) ungido se está poniendo en el lugar de Cristo y por lo tanto es un anticristo tal como lo explica Juan.
1Jn 2:18  Hijitos,  ya es el último tiempo;  y según vosotros oísteis que el anticristo viene,  así ahora han surgido muchos anticristos;  por esto conocemos que es el último tiempo.
1Jn 2:19  Salieron de nosotros,  pero no eran de nosotros;  porque si hubiesen sido de nosotros,  habrían permanecido con nosotros;  pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.
En otras palabras: los falsos maestros, si alguna vez estuvieron en la Iglesia de Cristo, desde el momento que comenzaron a predicar un evangelio diferente al que predicaron los Apóstoles del Señor, quedaron excluidos del Cuerpo de Cristo que es su Iglesia, y pasaron a ser anticristos y anatemas (malditos). En consecuencia: abran sus ojos y destapen sus oídos aquellos que los siguen, los defienden, los elogian, les dan sus ofrendas y hasta casi los veneran, pues al hacer esto están transitando el camino de la perdición.
Es necesario para mantener intacta la Fe que nos ha sido dada una vez y para siempre a los santos, que denunciemos con nombre y apellido a cada uno de los falsos: maestros, apóstoles, profetas ungidos, etc. que proliferan por todo el mundo, engañando y destruyendo almas, “por causa de los cuales el camino de la verdad es blasfemado”.

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