Por El Contendor
No son los temas políticos mis predilectos para tratar en
este blog. Pero si escribir sobre un tema
cualquiera, (aún político), me permite
exaltar la gloria de Dios, lo haré sin dudar.
Dijo el Señor Jesucristo:
Mat
12:30 El que no está conmigo, está contra mí; y el
que no recoge conmigo, desparrama.
No hay posiciones intermedias porque no se pueden poner excusas para no
obedecer totalmente a Dios. Como dice un conocido adagio: No se puede estar con
Dios y con el diablo al mismo tiempo.
Si usted es un
verdadero creyente en Cristo (ya muchas veces me he ocupado en definir qué
significa esto), le pertenece a Él pues fue comprado al precio de Su sangre y
ya nada ni nadie lo podrá apartar del amor de Cristo (Romanos 8:35-39).
Pero si usted no es un verdadero creyente entonces,
lamentablemente, usted está en el otro bando, en el bando de los que pertenecen
a Satanás. Ésa es la cruda realidad: no
hay término medio.
Nadie pone en
duda que Jesucristo es judío, Él es descendiente del Rey David cuyo antepasado,
Jacob, a quien Dios le cambia el nombre por Israel, tuvo 12 hijos. Ellos serían posteriormente reconocidos como
los patriarcas de donde provienen las doce tribus de Israel entre las
que Josué repartió la Tierra Prometida, la tierra de Canaán, Judea y hoy Israel
tras el regreso de Egipto.
El pueblo judío, la nación judía, pese a quien pese, es el pueblo elegido y amado por Dios
para que de él naciera Jesús, nuestro Salvador.
En su diálogo con
la mujer samaritana Jesús le dijo: ( Juan 4:22) Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros
adoramos lo que sabemos; porque la
salvación viene de los judíos
La preciosa sangre que derramó Jesucristo en la cruz,
para quitar el pecado del mundo, era
sangre judía. Veamos un poco de historia:
Cuando Balac, rey de Moab, se enteró de que los hijos de
Israel acamparon en sus campos: Núm 22:3 “Y Moab tuvo gran temor a causa del pueblo,
porque era mucho; y se angustió Moab a causa de los hijos de Israel”. Mandó a llamar a Balaam.
(Comentario de la
Biblia del Diario Vivir). Balaam era
un hechicero, o sea, alguien que se llamaba para maldecir a otros. En los
tiempos del Antiguo Testamento era común creer en maldiciones y bendiciones. Se
creía que los hechiceros tenían influencia con los dioses. Así es que el rey de
Moab quiso que Balaam usara su
influencia ante el Dios de Israel para proferir una maldición contra los
israelitas, con la esperanza de que, por medio de la magia, Jehová se
volviera en contra de su pueblo. ¡Ni
Balaam ni Balac tenían la menor idea de con quién estaban tratando!
Cuando Balaam le pidió a Dios: Núm 22:11 “He aquí, este pueblo que ha salido de Egipto
cubre la faz de la tierra; ven pues, ahora, y maldícemelo; quizá podré pelear contra él y echarlo.
Núm 22:12
Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es.
Y a pesar que Balac sobornó a Balaam varias veces para
que maldijera a Israel, (Núm 22:18) Y Balaam respondió y dijo a los siervos de
Balac: Aunque Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa
chica ni grande.
(Núm 23:8) ¿Por qué
maldeciré yo al que Dios no maldijo?
¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha
execrado?
¿Por qué
hablaría Dios por medio de un hechicero como Balaam? Dios quería dar un mensaje
a los moabitas y ellos ya habían elegido a Balaam. Así que este estaba
disponible para ser utilizado por Dios, al
igual que utilizó al Faraón malvado para realizar su voluntad en Egipto.
Balaam tenía algún conocimiento de Dios, pero no el
suficiente para dejar su magia y volverse de todo corazón a Dios. No obstante
él tuvo temor de Dios y le obedeció y en lugar de maldecir a Israel, lo
bendijo: Núm 24:10 Entonces se
encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus manos le dijo: Para
maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los has bendecido ya tres
veces.
Las palabras finales de la 3ª bendición de Balaam para Israel dicen:
Núm 24:8 Dios lo sacó de Egipto;
Tiene fuerzas como de búfalo.
Devorará a las naciones enemigas,
Desmenuzará sus huesos,
Y las traspasará con sus saetas.
Núm 24:9 Se encorvará para echarse como león,
Y como leona; ¿quién lo despertará?
Benditos los que te bendijeren,
Y malditos los que te maldijeren.
Estos, y tantísimos ejemplos más que encontramos en la
Biblia son pruebas evidentes de que Israel es el pueblo que Dios eligió desde
el principio de la humanidad para que de él viniera el Salvador, el Rey de
reyes, el Señor de señores.
Sabiendo esto, tomando conciencia de lo que esto
significa, ¿Quién se atreve a maldecir a
Israel y pensar que puede eludir la ira y el castigo del Dios Altísimo?
Los enemigos de Israel, (que son también enemigos de
Dios), ¿son tan necios que no pueden comprender que tanto en el pasado como en
el presente Dios no abandonó ni abandonará a su pueblo?
Hay terribles profecías para
los enemigos que se levanten en contra del pueblo de Dios:
Zacarías 14:12 “Y esta será la plaga con que herirá Jehová a
todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se
corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus
ojos, y la lengua se les deshará en su boca.”
Zacarías 14:13 “ Y
acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y
trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano
de su compañero.”
Vayamos ahora al tema central que responde al título de esta
publicación: El 2 de junio de 2010, el presidente de Venezuela Hugo Chávez, maldice a Israel. Dijo Chávez:
“Aprovecho para condenar de nuevo desde el fondo de mi
alma y de mis vísceras al Estado de Israel. Maldito seas, Estado de
Israel. Maldito seas".
Un año después, el 8 de junio de 2011 Hugo Chávez
reconoce que se le ha detectado un tumor en la región pélvica y que se lo han
extraído. Pero es ese mismo tumor que en estos días está acabando con su vida.
“Desde el fondo de
sus vísceras”, desde donde surgió la maldición a Israel, allí mismo cayó como
un rayo la maldición de Jehovah que originó el cáncer de Chávez.
¿Hay alguien tan necio que pueda argumentar que esto es
pura coincidencia?
Esta es una demostración del Poder de Dios. Él está usando
la maldad y la soberbia de Chávez tal como usó la maldad y la soberbia de
Faraón quien a pesar de las plagas que Moisés le anunciaba por no dar la
libertad a Israel, se obstinaba en mantenerlo en esclavitud.
Y todo lo que le sucedió a los egipcios, la destrucción, las enfermedades, las plagas,
la muerte de los primogénitos etc., fue
la manifestación del Poder de Dios y la exaltación de su Gloria, la prueba
de que ningún poder puede levantarse sobre el poder de Dios.
Diez veces (y 10 plagas) no consiguieron abatir la
soberbia de Faraón quien recibió todas estas calamidades (él y su pueblo) por
no aceptar la voluntad de Dios para liberar a Israel. Por fin, Jehovah destruyó
a Faraón y a todo su ejército cuando atravesaban el Mar Rojo persiguiendo a los
judíos.
Éxodo 14:17 Y he aquí, yo endureceré el corazón de los
egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su
ejército, en sus carros y en su caballería;
Éxodo
14:18 y sabrán los egipcios que yo soy
Jehová, cuando me glorifique en
Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo.
Como podemos
comprobar, el culto a la propia personalidad y la rebelión contra el poder de
Dios, es un rasgo de soberbia típico, peculiar de muchos reyes y gobernantes
que se han sucedido desde el comienzo de los tiempos hasta la actualidad. La
soberbia fue el pecado que obnubiló a Lucifer (Lucero de la Mañana) y lo llevó
a rebelarse contra su Creador para transformarse en su adversario = Satanás.
Y ese mismo
pecado, al maldecir al pueblo elegido de Dios, lleva implícita la misma
rebelión del mismo Lucifer.
Pero, como
dije al principio de esta nota, el tremendo castigo que está sufriendo Hugo
Chávez, no debe ser motivo de regocijo para sus enemigos, sino para que alabemos a Dios porque Él
nos muestra que es fiel a sus promesas y que su protección está sobre su pueblo
elegido y también sobre aquellos que hemos sido adoptados como hijos suyos por
la fe en Jesucristo.
Sólo nos queda
a nosotros, los creyentes, orar por Hugo Chávez ya no para que Dios le
restituya la salud a su cuerpo sino para que, con el último aliento de su vida,
clame a Dios por misericordia para que
se le conceda la oportunidad de expresar un público arrepentimiento por
haber maldecido a Israel y pueda volver
su corazón al Señor para bendecir a ese pueblo amado de Dios y así pueda
salvar su alma y escapar del tremendo castigo eterno.
Con esta
actitud podría salvarse él, y quizás haga recapacitar a sus incondicionales
seguidores que han aplaudido el terrible pecado de su líder cayendo en el mismo
lazo de condenación eterna.
¡Señor, que en
todo se haga tu voluntad!
¡Que así sea!
DIOS NO PUEDE SER BURLADO. EL TODO LO OYE Y TODO LO VE. HERMANO SUS PALABRAS SON MUY SABIAS Y EN VENEZUELA MUCHOS CRISTIANOS ESTAMOS DE ACUERDO CON USTED
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