EL CONTENDOR POR LA FE

Dedicatoria:



A la Revista Evangélica homónima que se publicó entre los años 1924 al1993. A sus Directores y Redactores a quienes no conocí personalmente, pero de quienes tomé las banderas, para tratar de seguir con humildad el camino de servir a Dios trazado en la revista durante casi 70 años.



viernes, 8 de marzo de 2013

POR FE, Y NO POR VISTA.

Por El Contendor
 
2Cor.5: 7 "por fe andamos, no por vista".
 
Jesucristo, según el testimonio de los Evangelios, hizo muchas señales (milagros), algunos de los cuales han quedado registrados en estas Sagradas Escrituras. También a los apóstoles del  Señor les fueron concedidos estos dones.

Pero las señales y milagros no eran un fin en sí mismo, sino que eran una demostración a los incrédulos del poder de Dios con la finalidad de que éstos creyeran el evangelio de la salvación que se les predicaba, y creyeran que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios.

 

Juan 20:30  Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro.

Juan 20:31  Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.

En la época del Señor y de los apóstoles, aún no se había escrito el Nuevo Testamento. Jesús caminaba junto al Mar de Galilea y elegía a los discípulos que luego llegaron a ser sus 12 apóstoles.

Al llegar a Capernaum, Jesús entró en la sinagoga y allí enseñaba su doctrina despertando la admiración de quienes lo oían. Había entre la gente un hombre poseído por un espíritu inmundo al que reprendió Jesús y le echó fuera.

Marcos 1:28  Y muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.

Entre aquella gente que seguía a Jesús y se le acercaban, muchos no lo hacían por escuchar el mensaje de salvación que Él predicaba sino que lo hacían por las cosas que veían: curación de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, leprosos, y también muertos que eran resucitados por Su poder.

También los Apóstoles eran seguidos por las señales que hacían.

Leemos en Hchos 9:40  “Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó.

Hch 9:41  Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.

Hch 9:42  Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor.”

 

El mismo Jesús pone en evidencia la falta de fe de aquella gente cuando leemos en Juan 4:48  Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis.

A sus mismos apóstoles tuvo que reprocharles varias veces por su falta de fe cuando, por ejemplo ellos estaban en una barca en medio de las tempestad y Jesús durmiendo, tuvieron miedo: Mateo 8:26  Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.  

Cuando Pedro comenzó a caminar sobre las aguas para ir al encuentro del Señor ocurrió que: Mat 14:30 Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: --¡Señor, sálvame!

Mat 14:31 En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: --¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

 También el apóstol Tomás, cuando los otros apóstoles le relataron el encuentro con Jesús resucitado mostró su falta de fe:

Juan 20:25  “Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.”

Pero pronto tuvo que avergonzarse cuando, al encontrarse con el Señor frente a frente, Jesús le dijo:

Juan 20:27  Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

Juan 20:28  Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!

Juan 20:29  Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.

Las señales y milagros que acompañaban las predicaciones de Jesús y los apóstoles fueron dadas como testimonio de que Dios, por la palabra de ellos, anunciaba las buenas nuevas de la salvación.

Heb 2:3  ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,

Heb 2:4  testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.

En Mateo 12:38 los escribas y fariseos le piden a Jesús: “Maestro, deseamos ver de ti señal”.

Mateo 12:39  El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás,

(refiriéndose a su muerte y resurrección).

Los fariseos y escribas ya habían visto muchos milagros que había hecho Jesús. Ellos no eran sinceros, pues no deseaban ver una señal para poder creerle, sino para tentarle ( probarle) y atraparle en alguna falta.

Como podemos apreciar, la incredulidad y desconfianza eran, son y serán peculiaridades del alma humana no regenerada.

Es fácil creer en algo cuando se ve;  pero aun viendo (como en el caso de los fariseos) por la dureza del corazón, muchos rechazan creer aunque estén viendo.

Pero el verdadero creyente, en quien mora el Espíritu Santo, no necesita andar por vista para creer. Aquí reside la gran diferencia: completada la escritura del Nuevo testamento tenemos el canon completo de las Sagradas Escrituras: La Biblia que es la palabra de Dios escrita por aquéllos hombres inspirados y guiados por el Espíritu Santo para que nosotros tengamos acceso a todo lo que Dios quiso revelarnos.

Ya no necesitamos ver para creer, no necesitamos ver milagros ni señales pues allí, en la Biblia, los tenemos relatados. La Biblia misma prueba su verdad e infalibilidad:

2Pedro 1:19  Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;

2Pedro 1:20  entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,

2Pedro 1:21  porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

 

La enorme cantidad de profecías que hay en la Biblia  se han cumplido  salvo aquellas que aún restan por cumplirse y que se cumplirán luego del arrebatamiento de la Iglesia. ¿Qué mejor prueba que ésa?: la infalibilidad, no hay errores en la Biblia, si algunos buscan aparentes contradicciones es porque no están siendo guiados por el Espíritu de Verdad; son como los fariseos que no querían creer.

Es triste recibir el reproche “hombre de poca fe”, es motivo para que nos avergoncemos de nosotros mismos; sabemos que:

Heb 11:6  Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

La única forma de acercarse a Dios es buscarlo y conocerlo: y la única forma de conocerlo es leyendo y escudriñando su Palabra, con la certeza de nuestro corazón que lo que está escrito es La Verdad, todo lo que Él se complació en revelarnos, lo que nuestra mente humana puede abarcar en su conocimiento y que, cuando estemos con Él, Cristo mismo nos revelará y nos mostrará las maravillas que ahora no vemos ni entendemos.

1Corintios 13:12  Ahora vemos por espejo, oscuramente; más entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.

En el comentario que hace William Barclay sobre este versículo leemos:

En esta vida, Pablo advierte que no vemos más que reflejos de Dios que nos dejan sumidos en misterios y enigmas. Vemos ese reflejo de Dios en la creación, porque lo que han hecho las manos de alguien nos revela algo del artífice; lo vemos en el Evangelio, y lo vemos en Jesucristo. Aunque en Cristo tenemos la perfecta Revelación, nuestras mentes inquisitivas sólo la pueden captar en parte, porque lo finito no puede abarcar lo infinito. Nuestro conocimiento es todavía como el de un niño; pero el camino del amor nos conducirá al fin a un día en que el velo se descorrerá, y veremos cara a cara y conoceremos como Dios nos conoce. No podremos alcanzar ese día sin el amor, porque Dios es amor y sólo el que le ama Le podrá ver.”

Cuando abandonemos este mundo, ya sea por la muerte del cuerpo o por el arrebatamiento de la iglesia, cuando veamos al Señor “cara a cara”. Ya no necesitaremos andar por fe; allí  andaremos por vista.

Ahora nosotros andamos por fe y somos llamados BIENAVENTURADOS  por Jesús mismo: Juan 20:29 ……… bienaventurados los que no vieron, y creyeron.

No nos hagamos partícipes de la “generación mala y adultera que demanda señal”. Ya las iglesias están llenas de esas personas que buscan a Dios por vista esperando ver señales y milagros. Sus cultos son espectáculos circenses donde, bamboleando el cuerpo y con los brazos en alto esperan que caiga el espíritu sobre ellos que los voltee sobre el piso o los haga reír o proferir lenguas extrañas que ni ellos ni los otros entienden, todo en medio del caos y la confusión.

Todo eso no proviene del Espíritu Santo. Esa gente ha buscado a Dios por el camino equivocado. Se han apartado de Cristo pues no lo han buscado en La Palabra, han buscado evidencias visibles, tangibles. No han tenido Fe

Hebreos 11:1  Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Pero los cristianos que hemos nacido de nuevo, con Cristo hemos resucitado y no necesitamos ver ni pedir milagros, esta es una práctica de los que están en el mundo y con el mundo.

Colosenses 3:1  Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Colosenses 3:2  Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

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