2Cor.5: 7 "por fe andamos, no por vista".
Jesucristo, según el
testimonio de los Evangelios, hizo muchas señales (milagros), algunos de los
cuales han quedado registrados en estas Sagradas Escrituras. También a los
apóstoles del Señor les fueron
concedidos estos dones.
Pero las señales y
milagros no eran un fin en sí mismo, sino que eran una demostración a los
incrédulos del poder de Dios con la finalidad de que éstos creyeran el
evangelio de la salvación que se les predicaba, y creyeran que Jesús es el
Cristo, el Hijo de Dios.
Juan 20:30 Hizo
además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no
están escritas en este libro.
Juan 20:31 Pero éstas se han escrito para que
creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo,
tengáis vida en su nombre.
En la época del Señor y de
los apóstoles, aún no se había escrito el Nuevo Testamento. Jesús caminaba
junto al Mar de Galilea y elegía a los discípulos que luego llegaron a ser sus
12 apóstoles.
Al llegar a Capernaum,
Jesús entró en la sinagoga y allí enseñaba su doctrina despertando la
admiración de quienes lo oían. Había entre la gente un hombre poseído por un
espíritu inmundo al que reprendió Jesús y le echó fuera.
Marcos 1:28 Y muy pronto se difundió su fama por toda la
provincia alrededor de Galilea.
Entre
aquella gente que seguía a Jesús y se le acercaban, muchos no lo hacían por
escuchar el mensaje de salvación que Él predicaba sino que lo hacían por las
cosas que veían: curación de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, leprosos, y
también muertos que eran resucitados por Su poder.
También
los Apóstoles eran seguidos por las señales que hacían.
Leemos
en Hchos
9:40 “Entonces,
sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo,
dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó.
Hch
9:41 Y
él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas,
la presentó viva.
Hch 9:42 Esto fue
notorio en toda Jope, y muchos creyeron
en el Señor.”
El mismo Jesús pone en
evidencia la falta de fe de aquella gente cuando leemos en Juan 4:48 Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales
y prodigios, no creeréis.
A sus mismos apóstoles
tuvo que reprocharles varias veces por su falta de fe cuando, por ejemplo ellos
estaban en una barca en medio de las tempestad y Jesús durmiendo, tuvieron
miedo: Mateo
8:26 Él
les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de
poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se
hizo grande bonanza.
Cuando
Pedro comenzó a caminar sobre las aguas para ir al encuentro del Señor ocurrió
que: Mat
14:30 Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse.
Entonces gritó: --¡Señor, sálvame!
Mat 14:31 En seguida Jesús
le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: --¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
También el apóstol Tomás, cuando los otros
apóstoles le relataron el encuentro con Jesús resucitado mostró su falta de fe:
Juan 20:25 “Le dijeron, pues, los otros
discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo
en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.”
Pero
pronto tuvo que avergonzarse cuando, al encontrarse con el Señor frente a
frente, Jesús le dijo:
Juan 20:27
Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu
mano, y métela en mi costado; y no seas
incrédulo, sino creyente.
Juan
20:28
Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!
Juan 20:29 Jesús le dijo:
Porque me has visto, Tomás, creíste;
bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Las señales y milagros que
acompañaban las predicaciones de Jesús y los apóstoles fueron dadas como testimonio de que Dios, por la
palabra de ellos, anunciaba las buenas nuevas de la salvación.
Heb 2:3 ¿cómo escaparemos
nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido
anunciada primeramente por el Señor, nos
fue confirmada por los que oyeron,
Heb 2:4 testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos
milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
En
Mateo 12:38 los escribas y fariseos le piden a Jesús: “Maestro, deseamos ver de ti señal”.
Mateo 12:39 El respondió y les dijo: La generación
mala y adúltera demanda señal; pero
señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás,
(refiriéndose
a su muerte y resurrección).
Los fariseos y escribas ya
habían visto muchos milagros que había hecho Jesús. Ellos no eran sinceros,
pues no deseaban ver una señal para poder
creerle, sino para tentarle ( probarle) y atraparle en alguna falta.
Como podemos apreciar, la
incredulidad y desconfianza eran, son y serán peculiaridades del alma humana no
regenerada.
Es fácil creer en algo
cuando se ve; pero aun viendo (como en
el caso de los fariseos) por la dureza del corazón, muchos rechazan creer
aunque estén viendo.
Pero el verdadero
creyente, en quien mora el Espíritu Santo, no necesita andar por vista para creer. Aquí reside la gran diferencia:
completada la escritura del Nuevo testamento tenemos el canon completo de las
Sagradas Escrituras: La Biblia que es la palabra de Dios escrita por aquéllos
hombres inspirados y guiados por el Espíritu Santo para que nosotros tengamos
acceso a todo lo que Dios quiso revelarnos.
Ya no necesitamos ver para
creer, no necesitamos ver milagros ni señales pues allí, en la Biblia, los
tenemos relatados. La Biblia misma prueba su verdad e infalibilidad:
2Pedro 1:19 Tenemos también la palabra
profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una
antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero
de la mañana salga en vuestros corazones;
2Pedro 1:20 entendiendo primero esto, que
ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,
2Pedro 1:21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los
santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
La enorme cantidad de
profecías que hay en la Biblia se han
cumplido salvo aquellas que aún restan
por cumplirse y que se cumplirán luego del arrebatamiento de la Iglesia. ¿Qué
mejor prueba que ésa?: la infalibilidad, no hay errores en la Biblia, si
algunos buscan aparentes contradicciones es porque no están siendo guiados por
el Espíritu de Verdad; son como los fariseos que no querían creer.
Es triste recibir el
reproche “hombre de poca fe”, es motivo para que nos avergoncemos de nosotros
mismos; sabemos que:
Heb 11:6 Pero
sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
La única forma de
acercarse a Dios es buscarlo y conocerlo: y la única forma de conocerlo es
leyendo y escudriñando su Palabra, con
la certeza de nuestro corazón que lo que está escrito es La Verdad, todo lo
que Él se complació en revelarnos, lo que nuestra mente humana puede abarcar en
su conocimiento y que, cuando estemos con Él, Cristo mismo nos revelará y nos
mostrará las maravillas que ahora no vemos ni entendemos.
1Corintios 13:12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; más
entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré
como fui conocido.
En el comentario que hace
William Barclay sobre este versículo leemos:
“En esta vida, Pablo
advierte que no vemos más que reflejos de Dios que nos dejan sumidos en
misterios y enigmas. Vemos ese reflejo de Dios en la creación, porque lo que
han hecho las manos de alguien nos revela algo del artífice; lo vemos en el
Evangelio, y lo vemos en Jesucristo. Aunque en Cristo tenemos la perfecta
Revelación, nuestras mentes inquisitivas sólo la pueden captar en parte, porque
lo finito no puede abarcar lo infinito. Nuestro conocimiento es todavía como el
de un niño; pero el camino del amor nos conducirá al fin a un día en que el
velo se descorrerá, y veremos cara a cara y conoceremos como Dios nos conoce.
No podremos alcanzar ese día sin el amor, porque Dios es amor y sólo el que le
ama Le podrá ver.”
Cuando abandonemos este
mundo, ya sea por la muerte del cuerpo o por el arrebatamiento de la iglesia,
cuando veamos al Señor “cara a cara”. Ya no necesitaremos andar por fe; allí andaremos por vista.
Ahora nosotros andamos por fe y somos llamados BIENAVENTURADOS por Jesús mismo: Juan 20:29 ……… bienaventurados
los que no vieron, y creyeron.
No nos hagamos partícipes
de la “generación mala y adultera que demanda señal”. Ya las iglesias están
llenas de esas personas que buscan a Dios por
vista esperando ver señales y milagros. Sus cultos son espectáculos circenses
donde, bamboleando el cuerpo y con los brazos en alto esperan que caiga el espíritu
sobre ellos que los voltee sobre el piso o los haga reír o proferir lenguas
extrañas que ni ellos ni los otros entienden, todo en medio del caos y la
confusión.
Todo eso no proviene del
Espíritu Santo. Esa gente ha buscado a Dios por el camino equivocado. Se han
apartado de Cristo pues no lo han buscado en La Palabra, han buscado evidencias
visibles, tangibles. No han tenido Fe
Hebreos 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que
no se ve.
Pero los cristianos que
hemos nacido de nuevo, con Cristo hemos resucitado y no necesitamos ver ni
pedir milagros, esta es una práctica de los que están en el mundo y con el
mundo.
Colosenses 3:1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde
está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Colosenses 3:2
Poned la mira en las cosas de
arriba, no en las de la tierra.
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