Por El Contendor
La cruz no es un tema predilecto para predicar en los sermones de
ciertos “pastores”, en particular, aquellos cuyas audiencias son muy numerosas.
En otras palabras, en las “mega iglesias” de hoy, hablar de la cruz de
sus connotaciones, hablar del pecado, de sus consecuencias, del castigo que
conlleva, no es un buen negocio. El
fuego eterno es un capítulo de terror que ni siquiera hay que mencionar delante
de tanta audiencia, a no ser que se corra el riesgo de que se pierda una buena
parte de “contribuyentes” con la consiguiente pérdida de la recaudación de las
ofrendas y los diezmos.
Evitar los temas mencionados predicando en su lugar un evangelio
adaptado “al gusto del consumidor”, es muy buen negocio para los líderes de
estas numerosas congregaciones.
Pero mejor negocio es para Satanás, quien en medio de estas iglesias
“carismáticas” suelta toda clase de demonios para inducir a estos” cristianos”
incautos a que reciban la “unción” y la “llenura del espíritu” que nada tiene
que ver con el Espíritu Santo.
La cruz, en la época del Imperio Romano, era sinónimo de terribles
sufrimientos, humillación y muerte. Leemos en:
Filipenses 2:8 y estando [Jesucristo] en la condición de
hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte
de cruz.
Todos los contemporáneos del Señor estaban acostumbrados a ver a los
condenados a muerte recorrer las calles de Jerusalén con los brazos atados al
madero transversal (patíbullum) de la cruz a cuestas, rumbo al sitio de la
ejecución, en las afuera de la ciudad.
Pero,
pongámonos primero en el contexto previo de Mateo 16: 21-23
Cuando Jesús preguntó a los discípulos:
Mat
16:15 Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Mat
16:16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del
Dios viviente.
Mat
16:17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás,
porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Sobre este pasaje leemos en el comentario bíblico “Mundo Hispano”:
Jesús aclara que la percepción espiritual demostrada por Simón en la
confesión no era el resultado de una deducción natural y humana, de carne y
sangre, sino que era el resultado de una revelación del Padre Celestial (v.
17). No había base de jactancia, ni de sentirse superior a los demás. Fue
un acto de gracia de parte de Dios. Dios había favorecido a Simón en este
particular, y por eso era un hombre dichoso.
Más adelante, luego del episodio de la fundación de Su Iglesia, Jesús
les anticipa a sus discípulos los sufrimientos y la muerte que debía afrontar para llevar a cabo la misión que le
había encomendado Su Padre:
Mat
16:21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus
discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos,
de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Los ancianos,
los sumos sacerdotes y los escribas o doctores de la ley, componían el Sanedrín
que era la institución más importante de la sociedad judía. Una especie de
parlamento con poder legislativo, ejecutivo y judicial. Sólo estaba limitado en
sus funciones por los ocupantes romanos.
En Judea, y después en toda Palestina, el procurador romano dejaba que el Sanedrín ejerciera la justicia, pero se reservaba la pena de muerte.
Por esta
razón, cuando el Señor mencionó que “debía
ser muerto”, la cruz apareció en la
mente de Pedro como una espantosa amenaza a la que se exponía el amado
Maestro si iba a Jerusalén :
Mat 16:22
Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo:
Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.
Mat
16:23 Pero él, volviéndose, dijo a
Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!;
me eres tropiezo, porque no pones la mira en
las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Esta dura
reprensión del Señor hacia Pedro, nos muestra que Jesús ya había descubierto la
sombra de Satanás obrando detrás de uno de sus principales discípulos. Pedro
estaba intentando desviarlo del camino de la cruz, estorbando el plan de Dios
para la Redención.
La frase de
Pedro: “Señor ten compasión de ti” es la evidencia de que en vez de
pensar según la voluntad de Dios, bajo la influencia del Espíritu Santo, Pedro
estaba pensando como piensan los hombres carnales o incrédulos; influenciado por Satanás quería llevar al
Señor Jesucristo a la autocompasión para que desistiera de sacrificarse en la
cruz, para que desobedeciera a la voluntad del Padre.
A esta misma situación nos quieren llevar los predicadores del
evangelio Light. Más aún, ciertos “predicadores” del evangelio liviano, también
predican la autoestima y la
autovaloración que llevan muchos “cristianos”(que ni siquiera han nacido de
nuevo), a tener de sí mismos un concepto tan sobre valuado que les hace olvidar
que son miserables pecadores
y, en lugar de arrepentirse y humillarse, se adjudican el derecho de
reclamar la paternidad de Dios y toda clase de bendiciones materiales.
Recordemos algunas de las frases del falso apóstol Aquiles Azar que ya
fueron publicadas en El Contendor el 21 de mayo de 2011 en una de sus
“radiografías”:
“De esa misma
manera, tu y yo tenemos un padre, que es el Padre de gloria, de bendición, que
es el Padre de toda herencia. Tú no tienes que luchar para ser un bendecido,
simplemente TÚ ERES UN BENDECIDO. ( la
gente se pone de pie y levanta los brazos. Ovación). No tienes que esforzarte para ser un bendecido
porque tu Padre, el Dios de los cielos, te ha hecho un bendecido”
“No tengo que
luchar, no tengo que esforzarme, no tengo que pelear, no tengo que imitar o
intentar, o ser como un bendecido, porque es sencillo: ¡ yo soy hijo de mi
padre y soy un bendecido!
“Le
estoy hablando a la gente de CENTRO DE FE, que dice: ¡soy un bendecido. Mi
Padre es el DUEÑO DEL ORO Y DE LA PLATA, soy un bendecido, SOY PROSPERADO (
todos repiten la frase gritando ).
El
22 de abril de 2012 en un comentario sobre un video de Bernardo Stamateas, he
publicado en este blog un párrafo transcripto de dicho video donde se muestra
la evidencia de la liviandad del
evangelio predicado por este falso maestro. Dice Stamateas:
“Dios tiene gente que ni
ellos lo saben, pero que se van a cruzar en tu camino y te van a terminar
pagando la deuda, regalando las bendiciones, acompañándote en tu peor momento, no sé si sos o no cristiano, no me importa, pero sé que es gente que me va a ayudar a
cargar en mi próximo tramo, en mi peor momento, el Señor no me va a dejar
tirado porque él va a poner gente secreta, y de ese secreto se van a enterar
todos. Amén”
En aquélla oportunidad yo
comenté:
“Lo que dice en este párrafo, da a entender que a Dios no
le interesa si eres cristiano o no, si eres creyente o no, si eres hijo de Dios
o hijo del diablo, el Señor va a poner gente para que te ayude a pagar tus
deudas, y te va a regalar sus bendiciones. No es necesario que seas convicto de
pecado, no es necesario el arrepentimiento, aunque
seas un pestilente pecador y no quieras pedir perdón por la infinidad de tus
pecados, Dios te va a bendecir igualmente. ¡QUÉ DISPARATE TAN
GRANDE!”
Continúa
en Parte II
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