EL CONTENDOR POR LA FE

Dedicatoria:



A la Revista Evangélica homónima que se publicó entre los años 1924 al1993. A sus Directores y Redactores a quienes no conocí personalmente, pero de quienes tomé las banderas, para tratar de seguir con humildad el camino de servir a Dios trazado en la revista durante casi 70 años.



viernes, 7 de junio de 2013

HABLEMOS DE LA CRUZ – Parte I


Por El Contendor

 

La cruz no es un tema predilecto para predicar en los sermones de ciertos “pastores”, en particular, aquellos cuyas audiencias son muy numerosas.

En otras palabras, en las “mega iglesias” de hoy, hablar de la cruz de sus connotaciones, hablar del pecado, de sus consecuencias, del castigo que conlleva, no es un buen negocio.  El fuego eterno es un capítulo de terror que ni siquiera hay que mencionar delante de tanta audiencia, a no ser que se corra el riesgo de que se pierda una buena parte de “contribuyentes” con la consiguiente pérdida de la recaudación de las ofrendas y los diezmos.

Evitar los temas mencionados predicando en su lugar un evangelio adaptado “al gusto del consumidor”, es muy buen negocio para los líderes de estas numerosas congregaciones.

Pero mejor negocio es para Satanás, quien en medio de estas iglesias “carismáticas” suelta toda clase de demonios para inducir a estos” cristianos” incautos a que reciban la “unción” y la “llenura del espíritu” que nada tiene que ver con el Espíritu Santo.

La cruz, en la época del Imperio Romano, era sinónimo de terribles sufrimientos, humillación y muerte. Leemos en:

 Filipenses 2:8  y estando [Jesucristo] en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

 

Todos los contemporáneos del Señor estaban acostumbrados a ver a los condenados a muerte recorrer las calles de Jerusalén con los brazos atados al madero transversal (patíbullum) de la cruz a cuestas, rumbo al sitio de la ejecución, en las afuera de la ciudad.

Pero, pongámonos primero en el contexto previo de Mateo 16: 21-23

 

Cuando Jesús preguntó a los discípulos:

Mat 16:15  Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

Mat 16:16  Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

Mat 16:17  Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

Sobre este pasaje leemos en el comentario bíblico “Mundo Hispano”:

Jesús aclara que la percepción espiritual demostrada por Simón en la confesión no era el resultado de una deducción natural y humana, de carne y sangre, sino que era el resultado de una revelación del Padre Celestial (v. 17). No había base de jactancia, ni de sentirse superior a los demás. Fue un acto de gracia de parte de Dios. Dios había favorecido a Simón en este particular, y por eso era un hombre dichoso.

Más adelante, luego del episodio de la fundación de Su Iglesia, Jesús les anticipa a sus discípulos los sufrimientos y la muerte que debía afrontar para llevar a cabo la misión que le había encomendado Su Padre:

Mat 16:21  Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.

 

Los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas o doctores de la ley, componían el Sanedrín que era la institución más importante de la sociedad judía. Una especie de parlamento con poder legislativo, ejecutivo y judicial. Sólo estaba limitado en sus funciones por los ocupantes romanos.

En Judea, y después en toda Palestina, el procurador romano dejaba que el Sanedrín ejerciera la justicia, pero se reservaba la pena de muerte.

Por esta razón, cuando el Señor mencionó que “debía ser muerto”, la cruz apareció en la mente de Pedro como una espantosa amenaza a la que se exponía el amado Maestro si iba a Jerusalén :

Mat 16:22  Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.

Mat 16:23  Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!;

 me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Esta dura reprensión del Señor hacia Pedro, nos muestra que Jesús ya había descubierto la sombra de Satanás obrando detrás de uno de sus principales discípulos. Pedro estaba intentando desviarlo del camino de la cruz, estorbando el plan de Dios para la Redención.

La frase de Pedro: “Señor ten compasión de ti”  es la evidencia de que en vez de pensar según la voluntad de Dios, bajo la influencia del Espíritu Santo, Pedro estaba pensando como piensan los hombres carnales o incrédulos;  influenciado por Satanás quería llevar al Señor Jesucristo a la autocompasión para que desistiera de sacrificarse en la cruz, para que desobedeciera a la voluntad del Padre.

A esta misma situación nos quieren llevar los predicadores del evangelio Light. Más aún, ciertos “predicadores” del evangelio liviano, también predican la autoestima  y la autovaloración que llevan muchos “cristianos”(que ni siquiera han nacido de nuevo), a tener de sí mismos un concepto tan sobre valuado que les hace olvidar que  son miserables  pecadores  y, en lugar de arrepentirse y humillarse, se adjudican el derecho de reclamar la paternidad de Dios y toda clase de bendiciones materiales.

Recordemos algunas de las frases del falso apóstol Aquiles Azar que ya fueron publicadas en El Contendor el 21 de mayo de 2011 en una de sus “radiografías”:

 

“De esa misma manera, tu y yo tenemos un padre, que es el Padre de gloria, de bendición, que es el Padre de toda herencia. Tú no tienes que luchar para ser un bendecido, simplemente TÚ ERES UN BENDECIDO. ( la gente se pone de pie y levanta los brazos. Ovación). No tienes que esforzarte para ser un bendecido porque tu Padre, el Dios de los cielos, te ha hecho un bendecido”

“No tengo que luchar, no tengo que esforzarme, no tengo que pelear, no tengo que imitar o intentar, o ser como un bendecido, porque es sencillo: ¡ yo soy hijo de mi padre y soy un bendecido!

Le estoy hablando a la gente de CENTRO DE FE, que dice: ¡soy un bendecido. Mi Padre es el DUEÑO DEL ORO Y DE LA PLATA, soy un bendecido, SOY PROSPERADO ( todos repiten la frase gritando ).

 

El 22 de abril de 2012 en un comentario sobre un video de Bernardo Stamateas, he publicado en este blog un párrafo transcripto de dicho video donde se muestra la evidencia de la liviandad del evangelio predicado por este falso maestro. Dice Stamateas:

 

“Dios tiene gente que ni ellos lo saben, pero que se van a cruzar en tu camino y te van a terminar pagando la deuda, regalando las bendiciones, acompañándote en tu peor momento, no sé si sos o no cristiano, no me importa, pero sé que es gente que me va a ayudar a cargar en mi próximo tramo, en mi peor momento, el Señor no me va a dejar tirado porque él va a poner gente secreta, y de ese secreto se van a enterar todos. Amén”

 

En aquélla oportunidad yo comenté:

 

“Lo que dice en este párrafo, da a entender que a Dios no le interesa si eres cristiano o no, si eres creyente o no, si eres hijo de Dios o hijo del diablo, el Señor va a poner gente para que te ayude a pagar tus deudas, y te va a regalar sus bendiciones. No es necesario que seas convicto de pecado, no es necesario el arrepentimiento, aunque seas un pestilente pecador y no quieras pedir perdón por la infinidad de tus pecados, Dios te va a bendecir igualmente. ¡QUÉ DISPARATE TAN GRANDE!”
                                                                                              Continúa en Parte II

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