EL CONTENDOR POR LA FE

Dedicatoria:



A la Revista Evangélica homónima que se publicó entre los años 1924 al1993. A sus Directores y Redactores a quienes no conocí personalmente, pero de quienes tomé las banderas, para tratar de seguir con humildad el camino de servir a Dios trazado en la revista durante casi 70 años.



lunes, 4 de noviembre de 2013

DISCERNIMIENTO - 3ª Parte: conocimiento más discernimiento – Aplicación


Por El Contendor

 

Es absolutamente necesario poder distinguir entre el Espíritu Santo y cualquier otro espíritu que se manifieste mediante señales y/o milagros u otros “efectos” que capturen la atención y la voluntad de las personas llevándolas a un estado de estupefacción.

En un artículo que escribió el pastor José Holowaty,  se dice bastante al respecto:

 

                        La primera pregunta que debe hacerse el cristiano frente a tantos fenómenos y tantos “siervos del Señor” que invocan su nombre, es justamente esta:----¿De dónde recibe ese hombre tal poder?-- No basta con aceptar lo que el “poderoso evangelista... o siervo del Señor” diga.

Es probable que él crea sinceramente que actúa en el poder divino, que Dios simplemente le da ese poder y que es un instrumento especial de Dios. Es difícil pensar que el engañador no sabe que está mintiendo, pero es probable que esté sinceramente engañado.

 

La fuente de su poder: En el caso del señor Claudio Freidzon, él no niega que recibió el poder gracias a Benny Hinn quien tiene una gran “iglesia”  en Orlando, Florida.

Cuenta públicamente cómo supo que Benny Hinn cada mañana al levantarse, le dice al Espíritu Santo: “Buenos días Espíritu Santo” y entre los dos, Benny y el Espíritu, se tratan como amigos íntimos.

Cuando Claudio Freidzon, según sus propias palabras, supo de la posibilidad de “recibir más”, hizo hasta lo imposible por viajar a Estados Unidos y conocer a ese hombre tan especial a ver si podía recibir de esa unción para estar más cerca de Dios.

Pero... ¿quién es Benny Hinn? Usted no tiene más que leer sus libros en donde él ofrece su biografía.

Benny Hinn es “hijo” de Kathryn Kuhlman, quien falleciera hace varios años. Ella también sanaba por radio y por todos los medios. Aunque “sanó” a muchos y tenía poderes extraordinarios, murió de cáncer.

Muchos cristianos ingenuamente creen que todas estas personas están dotadas de poderes del Espíritu Santo.

Sin embargo, Benny Hinn enseñó tantos disparates, que hace algún tiempo terminó por retractarse de sus propias enseñanzas, admitiendo que estaba equivocado.

Por alguna razón que él mismo no se explica, estaba seguro de que hacía bien, que enseñaba lo correcto, descubriendo luego que no era así.

¿Desde cuándo tenemos que buscar a alguien especialmente dotado para recibir de él poderes especiales?

Hay gente que sigue a los “sanadores” porque creen que ciertos hombres poseen ese poder especial, algo que los demás no tienen, y aunque Jesús es el que sana, uno debe recurrir al sanador de turno, quien es el “ungido especial” para hacer milagros. Pero enterémonos de lo que dijo el propio Benny Hinn en una entrevista que salió publicada en el diario Chicago Tribune del domingo 27 de junio de 1993. Como el artículo es algo extenso, sólo me limitaré a citar unas porciones.

 

El corresponsal luego de describir la forma cómo trabaja Benny Hinn, pasa a referirse a su retracción y dice:

 

“En el sermón, Hinn advierte que algunos viejos amigos se sentirán desilusionados por sus nuevos puntos de vista, y continúa diciendo:

 

 

(Palabras de Benny Hinn)

‘Pero voy a declararlo. Es tiempo de que dejemos de predicar lo que esta Biblia nunca enseñó... Estoy reexaminando mi entera teología... Estoy leyendo esta Biblia como creo que nunca la había leído antes. Dios me ha tomado por el cuello, y está sacudiéndome’.

Sobre la enfermedad y la fe dijo: “Yo de hecho dije que si mi padre hubiera sabido lo que yo sé, él no habría muerto de cáncer. Tengo que retractarme y decir que estaba equivocado. Estaba equivocado.

Yo no entiendo estas cosas... no soy Dios. Usted llega a estar tan convencido de que está en lo correcto que Dios tiene que sacudirlo para sacarlo de usted... Creo que llegaré a ser mucho más efectivo porque ahora puedo entender un poco mejor el dolor de algunas personas. Pienso que es cruel decirle a las personas [que están enfermas porque] les falta fe. ¡Qué cruel! ¡Qué cruel! Les digo honestamente. Creo que voy a dejar de predicar sobre sanidad y que voy a comenzar a predicar a Jesús. A dejar que él lo haga... Voy a cambiar la dirección de mi mensaje”.

 

Más adelante en el mismo artículo, Benny habla sobre el “Evangelio de la prosperidad” o riquezas materiales que él y otros predican, y dice: “Y aquí está, el terrible suceso final... Pienso que la enseñanza sobre prosperidad ha ido demasiado lejos hasta el extremo. No niego que Jesús desea bendecirnos... Pero damas y caballeros, estoy oyendo más ideas mundanas acerca de la prosperidad que ideas Divinas... Dinero, dinero, dinero, dinero, dinero... (Los evangelistas en televisión sólo piensan) en dinero... Hemos olvidado que hay miles de niños (pobres) y personas (pobres) (pero que sin embargo hay) predicadores... que viven en grandes casas y conducen grandes automóviles”.

 

Uno quisiera que fuera verdad, que Benny Hinn realmente se hubiera arrepentido, que finalmente se hubiera dado cuenta que nunca había servido al Señor.

Él dice que ha decidido predicar lo que Cristo le mandó. Pero entonces... ¿Qué predicó por tantos años? ¡Herejías, herejías y solamente herejías! Pero... ¿realmente ha cambiado todo? No necesariamente, porque en su mismo testimonio (ya que éste no es el único), dice “que Dios le dijo que no usara más su reloj Rolex y que cambiara su Mercedes por otro vehículo menos costoso”.

¿Será verdad que Dios tiene un mensaje especial para su mimado Hinn? ¿Será cierto que Dios sigue hablando porque en su Palabra Escrita no tenemos todo su mensaje? Es un hecho que si Benny Hinn escuchó que alguien le habló y que a su juicio es Dios, él está todavía como aquel mago del libro de Hechos [Simón] a quien Pedro le dijo: "No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás" (Hch. 8:21-23).

 

Pero detengámonos en la experiencia de este tan «íntimo amigo del Espíritu Santo» y descubramos el engaño. Jesús dijo que cuando viniere el Espíritu Santo, "él os guiará a toda la verdad" (Jn. 16:13a), es decir, guiará a los suyos a toda la verdad.

¿Cómo se explica entonces que el señor Benny Hinn después de tantos años, después de alcanzar a millones por televisión y mediante sus escritos, finalmente reconociera que estuvo equivocado y que tenía que retractarse de lo que había enseñado?

Si era cierto que el Espíritu Santo mantenía una comunión tan íntima con él, ¿cómo es posible que ese “espíritu” en lugar de guiarlo a toda la verdad, le haya guiado al error? Es obvio que aquí estamos frente a uno de los más grandes engaños de nuestros días.

El espíritu del Anticristo, el espíritu de error ha tomado control de estos hombres sedientos de adulaciones, de dinero, de fama, de poder, de mucha gente, de autoridad. ¡Cómo ha de sentirse un individuo mortal como los demás, que con sólo soplar tira al suelo a decenas, veintenas y hasta centenas!

Sí, hoy muchos pastores están esperando un poder especial y acaban por descubrir que ese poder reposa sobre ciertos individuos que tumban, soplan, que dejan vacíos los hospitales... que “dejan borrachos a algunos por horas”.

 Y según alardea Claudio, “algunas amas de casas se van tan ‘borrachas del espíritu’ a sus casas, ¡que no pueden preparar la comida ni cumplir con sus deberes hogareños hasta por 14 días!”

 Dios dice por boca del profeta: "Maldito el varón que confía en el hombre" (Jer. 17:5a). Obviamente, la fuente del poder que tumba gente, que hace retorcerse, que hace reír, que hace “sentir una profunda paz...”, hablar en lenguas, etc ... ¡NO PROVIENE DE DIOS!

 

 

APRENDIENDO A DISCERNIR

 

--La suficiencia de las escrituras:

Este estudio permite al cristiano que no quiere ser engañado, evaluar por sí mismo y descubrir quién es quién.

Aquellos que salen a la plataforma y vociferan que Dios les acaba de decir tal o cual cosa, son sólo engañadores con credenciales fraudulentos. Dicen por ejemplo: “Dios acaba de decirme que esta noche habrá una gran manifestación de su Espíritu”. “El Señor acaba de comunicarme que aquí hay muchos enfermos que serán sanados”. “El Espíritu me ha dicho que hay muchos pastores que recibirán doble porción”...

La mayoría de los cristianos escuchan a estos charlatanes y piensan que no tiene mucha importancia, total “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” y Dios es Todopoderoso... bien pudo haberle dicho algo a este tipo porque antes le habló a los hombres, y Dios quien todo lo puede bien puede hablarle a Claudio, Benny o Kuhlman”.

 

El asunto no es tan sencillo, porque la Palabra de Dios es terminante y dice: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (He. 1: 1,2).

El autor de los Hebreos nos dice que en una época, en los tiempos del Antiguo Pacto, Dios se comunicaba de muchas maneras con su pueblo, pero que ahora nuestro único contacto y máxima revelación es Jesucristo y su Palabra.

Cuando Juan está por terminar su Evangelio dice: "Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre" (Jn. 20:30,31).

 

Sin duda alguna Jesús hizo muchos otros milagros y dijo muchas cosas más a modo de enseñanza, pero quiso el Espíritu Santo incluir en las Sagradas Escrituras los 27 libros del Nuevo Testamento agregándoselos a los 39 libros que ya poseían los judíos.

 

¿Cómo es posible entonces que un hombre hoy se atribuya todo lo que dice y hace el Espíritu Santo y al mismo tiempo se rebele contra él al pretender recibir nuevas revelaciones?

 

La explicación es mucho más sencilla de lo que parece.

 

El tal predicador y protagonista de milagros carece por completo del conocimiento del Dios de la Biblia, el Señor de la Biblia y el Espíritu Santo de la Biblia.

 

Si les conociera tendría en cuenta las protestas que hace Dios en cuanto al cuidado que debemos tener con su Palabra.

Justo antes de concluir el Canon Sagrado, el Espíritu Santo inspiró a Juan para que registrara estas palabras: "Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro" (Ap. 22:18,19).

 

Cualquier hombre que pretende recibir mensajes de Dios, algo que no está escrito en la Biblia, está asociado con espíritus de engaños y hace a Dios mentiroso.

No hay más revelaciones, la Palabra de Dios es terminante y dice: "Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo" (He. 1: 1,2).

La autoridad de la Biblia es total. Todo cuanto Dios tenía que decirnos ya lo tenemos en este volumen de 66 libros sagrados. "Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso" (Pr. 30:5,6).

 

Pero... ¿Qué hacer entonces con las impresionantes reuniones bien concurridas, donde hay tanta manifestación de poder y donde se practican “danzas sagradas” y  se ríen a carcajadas, se reciben “sacudidas sagradas” y tantas otras cosas que parecen provenir de una fuerza ajena a la voluntad de quienes las experimentan?

 

La respuesta es la misma que tenemos en la Palabra de Dios:

"Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros" (Jer. 23:16,17).

Cuando los predicadores se dan el lujo de pasar por alto advertencias tan serias como las que tenemos sobre la infalibilidad y suficiencia de las Escrituras, de allí en adelante cualquier pensamiento de su corazón, o cualquier susurro del espíritu de confusión es atribuido a Dios. Es común escuchar a estos profetas del dios Dagón, diciéndole a pastores, especialmente a jóvenes: “Vaya ahora a su lugar de trabajo, use esta técnica, este gran poder que acaba de recibir y verá cómo su iglesia crecerá, cómo Dios estará obrando maravillas en ese lugar y en su ministerio”. Es que cuando el “predicador” pierde respeto a la Palabra de Dios y al temor de Dios, cualquier añadidura carece de importancia.

 

--No hay predicación de la palabra: 

Otro elemento que uno debe tener en cuenta para descubrir [discernir] si está escuchando a un siervo de Dios o a un representante de las tinieblas, es observar cuánto tiempo dedica este "predicador" a la exposición de la Palabra de Dios.

Si usted ha participado en algunas de estas reuniones o ha visto un video, habrá notado que hay por lo menos una hora de "música".

Aunque realmente no es música, sino el equivalente al mantra hindú. Este factor repetido tiene una finalidad muy siniestra y el impacto esperado para quien está al frente. Se necesita una hora, más o menos, para lograr la sugestión colectiva de los aturdidos espectadores.

Frases como: “Jesús yo te amo, te amo, más y más... Aleluya, aleluya, aleluya... Gloria a Dios, gloria a Dios”, etc, se repiten una y otra vez.

Este elemento repetitivo más los movimientos, porque el "predicador" desde la tribuna está diciendo, por ejemplo: “Siéntense por un minuto, levántense, levanten las manos y alaben, alaben, sí alaben más fuerte, ¡hablen en lenguas, hablen hermanos! Ahora cierren los ojos... Suspendan la música, canten sin música, ahora muévanse como yo...”  Y así continúa esta "marcha fúnebre". La muchedumbre cual corderitos llevados al matadero, cumple al pie de la letra las órdenes del "evangelista".

Es que están como ovejas sin pastor y si alguien viene con una fórmula para acabar con los problemas, frustraciones y altibajos, ¡es bienvenido!

Ahora compare estas reuniones multitudinarias con lo que sucedió el día de Pentecostés tal como está registrado en el capítulo 2 del libro de Hechos, cuando Pedro se puso de pie para hablar.

Repasemos la parte final del sermón de Pedro y la respuesta de esta sedienta multitud: 

"Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas" (Hch. 2:36-41).

 

Permítame ofrecerle un rápido bosquejo de todo cuanto ocurrió aquí, donde tenemos a un auténtico siervo de Dios, no a un demagogo traficante de almas.

Pedro le dijo directamente a los judíos que eran culpables delante de Dios, pecadores, y que por eso habían rechazado y crucificado al Salvador, a quien Dios levantó de entre los muertos, al único Salvador.

Estas palabras de Pedro hicieron un impacto profundo en la vida de ellos, haciendo que se sintieran profundamente culpables y arrepentidos por lo que habían hecho, ¡se arrepintieron de lo que hicieron!

Entonces los arrepentidos hicieron esta pregunta: "¿Qué haremos?" Y la respuesta fue: "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo..." 

Ellos primero escucharon las buenas nuevas, luego se arrepintieron y después fueron bautizados individualmente.

Es notable esto del bautismo, porque Pedro quería que ellos hicieran público el cambio en su corazón, en su actitud para con Dios, que todo el mundo supiera que a partir de ese momento, de perseguidores de Cristo se habían convertido en sus seguidores.

La vida cristiana no se debe vivir en el anonimato. Todos con los que estamos en contacto deben saber quién es Cristo para nosotros.

Luego Pedro les habla en cuanto al Espíritu Santo, y aclara: "Y recibiréis el don del Espíritu Santo". El don, que es un regalo, no se obtiene pidiendo. Tampoco se adquiere pagando por él, ya sea con sacrificios en algún servicio, ayunos, oraciones, etc.

Pedro deja muy claro, que aquellos que se arrepienten y depositan su fe en Cristo, automáticamente reciben el Espíritu Santo. Él tampoco les dijo que recibirían una porción y que luego serían "llenos". La herejía de la supuesta "llenura del Espíritu" separada del momento de la conversión, surgió muchos siglos después.

 

La Biblia dice que 3.000 personas respondieron al mensaje de Pedro. Ninguno de ellos fue sugestionado por él ni ninguno fue manipulado por la falta de escrúpulos del apóstol.

Tampoco recibieron golpes de la chaqueta de Pedro saturada de poder, ni ninguno de ellos pidió "más de eso".

No fue necesario dedicar una hora para ir preparando a la multitud para el momento de la tumbadera. El mensaje de Pedro que registró el doctor Lucas en el libro de Hechos duró pocos minutos, pero hizo que las personas se convirtieran, porque fue el Espíritu Santo quien produjo en ellos el deseo de escucharlo.

Hubo un siervo del Señor que no vaciló en entregarles este mensaje y el Espíritu Santo coronó de éxito lo que Pedro valientemente expresó inspirado por el mismo Espíritu. Dice la Biblia, que una vez salvos hubo como una especie de "consejería", ya que agrega: "Con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación" (Hch. 2:40).

 

Pero... ¿Cuál fue el resultado de esta gran reunión? Tres mil personas fueron salvas, no quedaron borrachas del "espíritu". Tres mil fueron sumergidos en las aguas del bautismo y se integraron a la iglesia, además de los 120 que ya conformaban la iglesia naciente.

Tres mil almas que perseveraron en las doctrinas de los apóstoles, en la conmemoración de la muerte de Cristo y en una vida de oración.

Lucas no dice que ellos hablaron en lenguas ininteligibles, sino que nos describe una iglesia pujante, una iglesia que avanzaba en su marcha por conquistar almas.

Nadie dijo que era un gran avivamiento, porque era demasiado obvio que el Señor cumplía su promesa con aquellos que se arrepentían.

Pero... ¿Cuál es el resultado de las reuniones de nuestros días? Los disparates que dice el "siervo de Dios", los gritos que lanza al ordenarle a sus aduladores que hagan ciertos movimientos para lograr su objetivo de sugestión colectiva, su falta de reverencia hacia el Espíritu Santo.

La ausencia total del Evangelio y de llamamiento al arrepentimiento y a la fe en Cristo, muestra sin lugar a dudas, la diferencia abismal entre un auténtico siervo de Dios, como lo fuera Pedro, y tantos otros iguales a Simón el Mago, quienes hoy no están en Samaria, sino en alguna capital de nuestro continente.

 

Las reuniones de estos "predicadores" modernos se parecen mucho a esa otra que organizara Aarón y sus ayudantes cuando Moisés se demoró en la presencia del Señor.

Habrá notado que en estas reuniones hay mucho ruido, danzas y música con ritmo de rock. Cuando llega el momento del trance, hay silencio, pero para lograrlo, primero se han recorrido los senderos de golpes fuertes con instrumentos musicales, gritos de aleluyas y glorias a Dios, "testimonios", danzas "cristianas", aplausos para Jesús y ¡el tomarse de las manos para esperar por algo muy grande que va a ocurrir en ese lugar!

 

Ahora retrocedamos unos miles de años y comparemos las grandes "cruzadas" de hoy que revolucionan iglesias enteras, con una "reunión" que tuvo lugar entonces.

 

También Aarón "revolucionó" al pueblo de Israel, arrastrándolo al ocultismo, a la superstición y a la rebelión contra Dios. Sin embargo, Aarón no vio nada malo en esto, lo hizo simplemente para retener a la gente mientras Moisés regresaba. Permítame decirle, que este mismo argumento es el que usan hoy muchos pastores del calibre de Aarón. Abiertamente dicen: “Si no introducimos esta práctica nos quedaríamos sin gente”.

 

Es sorprendente la similitud que existe entre esta reunión de Aarón y las cruzadas de alabanza de hoy. El becerro de oro parecía ser el centro de todo aquello. Aarón lo argumentó así cuando su hermano Moisés lo enfrentó: "Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado al mal. Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos que le haya acontecido... Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos" (Ex. 32:22,23,25).

 

Pero el pueblo "desenfrenado"tal como aquel del tiempo de Moisés, sigue reclamando "borrachera en el espíritu, danzas en el espíritu, carcajadas, abrazos, caídas, gritos, convulsiones" y cosas parecidas, todo atribuido al Espíritu Santo.

Las multitudes hoy siguen mansamente a su becerro de turno, están atravesando un verdadero desierto pues se les niega el agua de la vida que es la Palabra de Dios, mientras les ofrecen grandes victorias si tan sólo desean "más y más de eso..." 

Efectivamente, en este tipo de reuniones NO espere oír la predicación del evangelio, porque no se puede servir al becerro de oro y al mismo tiempo a Jehová, el Dios de Moisés. No es posible seguir a un hombre con supuestas manifestaciones del Espíritu Santo, quien asegura mantener una comunión especial con él, quien le saluda cada día con "buenos días" (debido a su estrecha comunión), y al mismo tiempo seguir al Cristo resucitado.

Y lo peor de todo, es que tanto cristianos como no cristianos, "se emborrachan del Espíritu" al seguir estas nuevas técnicas.

Ya no es necesario el mensaje de arrepentimiento de Pedro, ni los mandamientos de Moisés para una conducta moral intachable, porque estos individuos han logrado capturar el derecho a repartir el espíritu a su entero antojo.

El animador lanza una pregunta:--¿Quieren más de eso?--  --¡Siií!--, es la respuesta. 

--¡Pues allí va!--, y sopla a diestra y a siniestra para que todos puedan recibir de ese tal espíritu.

Sin embargo, es muy raro que hoy se levante un Moisés ante tantos Aarones convertidos en becerros, que denuncie la gravedad de las prácticas en cuestión.

Es verdaderamente triste que la gran mayoría, prácticamente todos los hermanos en las iglesias que desean una respuesta de sus pastores por parecerles extraño lo que ven, no obtengan una contestación clara, definida, una explicación a la luz de la Palabra de Dios para exponer y denunciar a estos estafadores.

Pero... ¿Qué ha pasado con los pastores conocedores de la Biblia? ¿Acaso no tienen la Palabra de Dios que denuncia claramente estas herejías? ¿Acaso dijo Jesús en la gran comisión que fuéramos por el mundo ocultándole sus enseñanzas a los pecadores? ¿Acaso el Señor Jesucristo enseñó la sopladera, la tumbadera, las risotadas, los aplausos, saltos y demás?

Nuestro deber no es organizar cruzadas de nuevas unciones, sino el siguiente: "Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén" (Mt. 28:18-20).

 

Le invito a revisar las enseñanzas de Jesús, y así verá usted que las prácticas de quienes arrastran hoy a multitudes, nada tienen que ver con lo que él nos mandó que hiciéramos.

En primer lugar debemos "hacer discípulos", ganar almas para Cristo.

En segundo lugar hay que enseñarles metódicamente las doctrinas bíblicas, lo que predicó Jesús.

Lo que vemos hoy y tras lo cual corren las multitudes, se llama apostasía.

Es uno de los engaños de Satanás para que la gente no conozca el verdadero evangelio de la gracia.

Si quien aparece como predicador no expone claramente la Palabra de Dios, sino que se pasa toda la noche ofreciendo una gran manifestación del Espíritu sin siquiera llevar a los perdidos a Cristo presentándoles el plan de salvación, ese hombre está engañando, no está cumpliendo con la gran comisión encomendada por el mismo Señor Jesucristo.

El deber de un predicador verdadero es doble: Llevar al pecador a Cristo y enseñarle cómo vivir la vida cristiana instruyéndolo en las sanas doctrinas.

 

Hasta aquí, hemos presentado este resumen del estudio  “¿Ignorancia o confusión?” cuyo autor es el pastor José Holowaty de la Iglesia Bíblica Misionera (Paraguay).

 

Con la ayuda de lo expuesto en las 3 partes de esta publicación sobre el DISCERNIMIENTO, más la luz y la guía del Espíritu Santo que mora en el interior de cada creyente verdadero, observemos y juzguemos con JUSTO JUICIO las enseñanzas de todo aquel que dice predicar el Evangelio.

El justo juicio es  el no dejarse influenciar por las apariencias, por las expresiones y las experiencias emocionales y analizar el discurso y las actitudes del predicador comparándolas con las Sagradas Escrituras, tal como hacían los cristianos de BEREA para comprobar si la enseñanza que estaban recibiendo  era verdadera. (Hechos 17:10).

Pero, una vez que empleando el DISCERNIMIENTO, comprobamos que tal o cual predicador, (más aún si se autodenomina apóstol o profeta), no predica bajo la guía del Espíritu Santo, sino que está bajo la influencia de otro espíritu, entonces debemos identificarlo con nombre y apellido; de no hacerlo estaremos encubriendo la presencia del lobo en medio del rebaño.

Ya lo he repetido infinidad de veces: Es obligación de todo creyente cristiano (que haya nacido de nuevo en Cristo), denunciar a los falsos apóstoles, profetas o maestros que prediquen un evangelio diferente que pretenda reemplazar a la fe que ha sido una vez [y para siempre] dada a los santos”

 

Cumpliendo con esta obligación estaremos siendo fieles al Señor y a Él estaremos sirviendo. No olvidemos esta preciosa promesa:

 
Juan 12:26  Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.

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